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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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Vuelve la tranquilidad

Las dos últimas semanas han sido pródigas en noticias de nivel internacional, pero con repercusiones importantes en la economía española. En la última columna comentaba las nuevas previsiones para el año en curso y el próximo de la Comisión Europea (CE) y el FMI, y en esta ocasión quisiera referirme a las previsiones de la OCDE, al avance del PIB de Estados Unidos y a la reunión de primavera del FMI.

Las previsiones de la OCDE para la economía española coinciden con las del FMI en la tasa de crecimiento del PIB para 2001, un 2,9%. Esta cifra es inferior en tres décimas porcentuales a las del Gobierno español y la CE y dos décimas inferior al consenso del Panel de Previsiones de FUNCAS. Todas ellas coinciden en que la fase expansiva de los últimos años, en los que el PIB español aumentó por encima del potencial y empezaron a generarse ciertos desequilibrios (inflación y déficit de ahorro), ha llegado a su fin y a partir de ahora se espera una desaceleración, que debería permitir la corrección de tales desequilibrios. Quizás porque advierte que dicha corrección puede llevar algún tiempo, la OCDE es más pesimista que el resto de organismos internacionales y analistas privados respecto a 2002, para el que mantiene la misma tasa de crecimiento que en 2001.

Otra noticia destacable ha sido el crecimiento del PIB de Estados Unidos durante el primer trimestre de este año. Casi todas las previsiones lo situaban entre un cero y un 1% -el presidente de la Reserva Federal habló de crecimiento cero-, pero la estimación inicial de avance ha sido un sorpresivo 2%. Esta cifra ha hecho milagros curando las maltrechas expectativas y tranquilizando a los mercados y a las autoridades asistentes a la reunión de primavera del FMI. El más beneficiado ha sido Wim Duisenberg, presidente del BCE, quien acudió a la reunión capeando todo un temporal de críticas por no reducir los tipos, como su homólogo norteamericano, para evitar el colapso de la economía internacional. Al final de la reunión, las críticas se habían apagado y el optimismo reinaba por doquier. Parece que la economía norteamericana ha logrado aterrizar suavemente, y pronto, quizás en el segundo semestre de este año, dicen algunos, se dispone a despegar de nuevo.

Yo no estaría tan seguro. Probablemente se evite la recesión, pero ello no quiere decir que la economía americana pueda recuperar rápidamente la velocidad de crucero anterior. El crecimiento del PIB sigue basado en un consumo de las familias que supera la renta generada, ahondándose la cifra negativa de ahorro. Tarde o temprano, las familias tendrán que ajustar esta anómala situación reduciendo su demanda y, con ella, el nivel de producción. Cuanto más tarde se produzca este ajuste, mayor será el desequilibrio y más tiempo llevará su corrección.

Ángel Laborda es director de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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