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Elecciones en el País Vasco

Redondo acusa a Ibarretxe de 'mentir' y le espeta que el PNV ya pactó con ETA en 1998

El candidato socialista niega legitimidad estatutaria a los que apostaron por la autodeterminación

Cerrada ya la polémica del cara a cara electoral entre el ex ministro Jaime Mayor y el lehendakari Juan José Ibarretxe, el PSE no quiere que el candidato nacionalista siga marcando la campaña. Ayer Nicolás Redondo tuvo que responder a un interrogante que él mismo había puesto encima de la mesa: '¿Está dispuesto el lehendakari a ser investido en el cargo con los votos de Arnaldo Otegi, Josu Ternera y el resto de parlamentarios de EH?'. Los socialistas vascos interpretan que la respuesta de Ibarretxe a su primer interrogante de campaña -'nunca hemos gobernado y nunca gobernaremos' con quienes no condenan la violencia- es la muestra 'más clara' de que 'o bien le traiciona el subconsciente, va de perdedor o tiene un pacto previo con EH', según indicó Redondo.

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El propio candidato argumentó que la hipótesis más clara es que 'Ibarretxe va de perdedor, porque no se entiende una mentira de ese calibre cuando sabe que tras el 13-M el único partido al que se puede acercar para formar Gobierno somos nosotros, salvo que tenga ya un pacto con EH para reeditar un acuerdo como el de hace dos años y medio', recordó el líder de los socialistas vascos.

En cualquier caso, ni Redondo ni Rosa Díez ni Javier Rojo ni ninguna de las personas que están todos los días a pie de obra en la campaña de los socialistas vascos están dispuestos a creer 'ni una palabra a un lehendakari que sucumbió ante su partido en 1998 y que, de nuevo, es prisionero de una coyuntura adversa como la que tiene por delante ante el futuro tan inseguro que se le puede abrir tras las elecciones', añadió el candidato de PSE-EE.

Así que los socialistas acusaron recibo de la respuesta de Ibarretxe pero siguieron su propia campaña electoral. En la localidad vizcaína de Gernika, Redondo se conjuró ante el árbol sagrado de los vascos con el Estatuto como testigo, Como fedatarios de ese compromiso solemne estaban otros dirigentes del autonomismo del PSOE, como Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía; el candidato del PSOE a presidir la Xunta de Galicia y líder de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, y el primer secretario del PSC, José Montilla. Y apareció la lluvia, pertinaz y monótona ante el edificio noble de las Juntas Generales (Parlamento provincial) vizcaínas. Redondo, espoleado por la evocación poética que casi siempre acompaña a la lluvia, sacó a relucir 'las dos Españas de Machado' para reivindicar precisamente la 'tercera España', la 'España plural, liberal, la de Azaña, de Besteiro, Giner de los Ríos, que no es que haya sido de izquierdas, pero sí ha sido progresista'. La España de Ramón Rubial, apuntó, el primer lehendakari tras la muerte de Franco en el Consejo General Vasco, quien apostó por el consenso 'desde la renuncia de todos los partidos a algo' para lograr el Estatuto de Gernika, 'el denominador común más amplio que nunca ha tenido la sociedad vasca' y frente al que 'no existen alternativas que susciten una capacidad de entendimiento y de credibilidad y adhesión' superiores.

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Manifiesto ante el árbol

Pero el manifiesto en defensa del Estatuto, leído solemnemente por Redondo junto al árbol de Gernika, fue sobre todo una sucesión de invectivas contra el PNV, contra Ibarretxe y contra el 'victimismo estatutario' de los nacionalistas. El candidato socialista acusó al lehendakari de haber dejado de 'creer' en el Estatuto, de 'desprestigiarlo, intentar superarlo y dinamitarlo, cumpliendo así los planes previstos por los actuales dirigentes del PNV'. 'Quienes apostaron por la autodeterminación y la independencia han perdido toda legitimidad para reivindicarlo', dijo. Y no cerró la puerta a, una vez superada la violencia, 'explorar todas las potencialidades que el Estatuto encierra'.

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