Un 'pic-nic' para reivindicar tierras
Los jornaleros del SOC ocuparon sin resistencia una finca en Sevilla para celebrar el Primero de Mayo
La mañana era un poco más fría de la cuenta, pero el sol predecía un buen día de campo. Cargados con neveras de playa, butacas plegables y mochilas llenas de pan y embutidos, familias enteras de jornaleros se echaron ayer al campo para celebrar el Primero de Mayo. La intención era doble: disfrutar del día de fiesta en el medio en el que mejor se desenvuelven, y, sobre todo, reivindicar el reparto de las tierras públicas entre los trabajadores.
La cita era a las 11.00 junto a la finca La Romana, situada entre las localidades sevillanas de Utrera y Los Palacios. Sus casi 700 hectáreas pertenecieron en su día a José María Ruiz Mateos, y tras la expropiación de Rumasa, en 1983, pasaron a manos de la empresa pública Espasa. Según el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), el Gobierno planea vender parte de los terrenos que pertenecieron al empresario jerezano a los grandes propietarios, 'que son los que pueden adquirirlas'.
Para manifestar su rechazo a esta operación, el SOC decidió ocupar La Romana por un día. Los responsables de Espasa estaban avisados y también se congregaron al otro lado de la valla para intentar frenar a los jornaleros. Pero apenas opusieron resistencia y, cuando los sindicalistas, unos 500, consiguieron abrir la verja, los ocupantes legítimos de optaron por apartarse y ver pasar a los manifestantes.
'Teníamos preparado un equipo con tijeras para cortar la alambrada, pero no nos ha hecho falta. Ha sido más fácil de lo esperado', reconocía después Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda (Sevilla) desde donde se desplazaron cuatro autobuses con miembros y simpatizantes del SOC. También fueron muchos los que llegaron desde las localidades sevillanas de El Coronil, Aguadulce o Los Corrales, así como de algunos pueblos del resto de la comunidad, como Loja (Granada), desde donde llegó un coche con cinco jornaleros que no quisieron perderse este 'acto simbólico', similar al que organiza el SOC todos los Primero de Mayo.
En coche también llegaron Manuel Álvarez y Alonso Vargas, obreros del campo jubilados de El Coronil. 'Venimos para pedir que estas tierras se las den a los obreros y no a los de siempre, que ya tienen muchas', recalca Manuel. '¿Qué si yo tengo tierras? Sí, un metro y medio en el cementerio', ironiza antes de asegurar que hace unos años le pidió a Mario Conde que le diera un huerto 'para hacer un melonar'.
Como Manuel y Alonso, la práctica totalidad de los que ocuparon La Romana no han tenido nunca ni una fanega propia. Y casi ninguno sueña con ser gran terrateniente. Sus reivindicaciones se verían más que satisfechas si las tierras públicas que, supuestamente quiere privatizar el Gobierno, se cedieran a cooperativas de jornaleros, según explica Diego Cañavero, alcalde de El Coronil y otro de los abanderados de la causa.
El gerente de Espasa, que prefiere no dar su nombre, asegura, sin embargo, que La Romana no está en venta, ni para pequeños ni para grandes propietarios. El gerente no parece confiar demasiado en la capacidad de los jornaleros para sacar provecho de una buena tierra. 'El SOC se quedó con El Indiano, una finca de Sevilla, y hoy es un modelo de pésima gestión. Sin embargo, La Romana es un modelo de cultivo intensivo', asegura, a pesar de que durante la marcha a través de la finca los jornaleros se quejaron de lo 'descuidada' que, en su opinión, aparentaba estar esta La Romana.
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