Vuelve la amenaza
- Resurgimiento. La tuberculosis -causada por el bacilo de Koch, y transmitida por el aire- fue enfermedad prestigiada durante el Romanticismo, y actualmente en los países ricos se cree erradicada. Nada más falso. Mata a dos millones de personas al año, el 95% en los países pobres. Ocho millones la contraen anualmente. Está resurgiendo en los países pobres, especialmente en África (1,5 millones de contagios al año), como enfermedad oportunista del sida: llega a afectar al 70% de los seropositivos. Y resurge como tuberculosis multiresistente (TB-MR) a los fármacos.
- Medicamentos. De los seis medicamentos utilizados contra la tuberculosis clásica, la Tioacetazona no se usa en el mundo rico, sino en el subdesarrollado, porque se contraindica para pacientes seropositivos; justo lo que son la gran mayoría de los tuberculosos de esos países.
- Eficacia. Los fármacos contra la TB-MR no tienen una plena eficacia. El tratamiento, combinado, debe prolongarse al menos por 21 meses, y en los primeros tres el paciente debe tomar cinco medicamentos. Se han detectado efectos secundarios como depresión grave y toxicidad para oído y riñon. Cuesta unas 225.000 pesetas. La negociación de la OMS y MSF con la industria podría rebajar el precio a unas 55.000 pesetas: aún inasequible. Lo más eficaz, pero sólo para la tuberculosis clásica, es el DOTS (siglas inglesas de tratamiento corto directamente observado): entre seis y ocho meses el paciente toma cuatro fármacos, aislado y bajo supervisión sanitaria. Como mucho, cuesta 7.000 pesetas. Hay enormes dificultades sociales para aplicarlo en países donde la economía requiere de todos los brazos.
- Combinaciones. La investigación debería apostar por combinaciones en una misma cápsula. Se utilizan fármacos de más de 30 años. La vacuna data de 1923 y no se considera adecuada a la realidad actual.
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