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TERCER ANIVERSARIO DE LA CATÁSTROFE DE AZNALCÓLLAR

Un informe contabiliza 131 alteraciones para restaurar la fauna del río Guadiamar

Investigadores detectan más vertidos mineros

Tereixa Constenla

El estudio sobre la conservación, problemática y restauración de la fauna piscícola del Guadiamar, dirigido por el profesor de Biología Animal de la Universidad de Córdoba, Carlos Fernández Delgado, señala que el tramo analizado refleja 'un pésimo estado de conservación', que dificulta la recuperación de peces. Los autores del informe, que pertenecen al equipo científico que participa en el proyecto del corredor verde de la Junta de Andalucía, recorrieron a pie durante seis meses 62 kilómetros del cauce, comprendidos entre la desembocadura del río Agrio y la confluencia del Guadiamar con el Guadalquivir a través del Brazo de la Torre.

En el estudio, concluido en diciembre pasado, señalan que, además del impacto del vertido tóxico y las labores de limpieza, el cauce se enfrenta a 'múltiples perturbaciones que dificultan sobremanera la recuperación del tramo afectado', al estar enclavado en una zona muy humanizada. En total, contabilizaron 131 alteraciones que inciden, en distinta medida, sobre los hábitats fluviales.

Los 25 pasos de vehículos constituyen barreras insalvables para los peces

En las recomendaciones, los investigadores piden la elaboración de un plan de actuación urgente para reducir el elevado número de perturbaciones que alteran el río. Los obstáculos más frecuentes son las trampas de lodos (hay 54 a lo largo del cauce), que impiden el movimiento de los peces y 'constituyen un factor muy adverso para los procesos de recolonización natural de la zona afectada'.

Estas barreras, instaladas tras el vertido para frenar el avance de los lodos tóxicos, aislan a los peces entre las distintas subcuencas del Guadiamar e impiden 'el libre intercambio genético', además de bloquear las migraciones que realizan barbos y bogas para reproducirse y truncar el paso de especies procedentes del Bajo Guadalquivir como las anguilas o las lampreas de mar. La Oficina Técnica del Corredor Verde abrió parcialmente el 83% de las 54 trampas, pero nueve permanecen aún cerradas por completo y, según los investigadores, 'deben ser demolidas cuanto antes pues ocho se han catalogado como insalvables para los peces'.

Las trampas abiertas en un punto permiten la conexión fluvial, pero favorecen la 'colmatación de las orillas al acumularse material fino' o, en otros casos, producen erosiones 'tan elevadas' que llegan a provocar la caída de árboles sobre el cauce. Las alteraciones ligadas a la actividad humana de la zona que dañan en mayor medida la regeneración piscícola son los vertidos y los pasos de vehículos.

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En el estudio se detallan 17 focos de vertidos al río que responden a 13 fuentes contaminantes que, según los investigadores, actúan como 'una efectiva barrera química entre las zonas media y baja del Guadiamar'. La mayoría de los focos responden a vertidos urbanos procedentes de poblaciones cercanas al cauce, como Aznalcázar, Pilas y Aznalcóllar, pero durante el trabajo de campo también detectaron vertidos procedentes de las minas de Aznalcóllar, que llegan al Guadiamar a través del río Agrio, la misma conducción por la que se extendieron los lodos tóxicos durante el accidente de abril de 1998.

Además de los urbanos, se han localizado vertidos agrícolas e industriales. El más caudaloso se produce a través del arroyo Alcarayán y 'es el principal responsable de la ausencia de vida acuática en varios kilómetros agua abajo'. El equipo investigador señala que uno de los elementos que influyen en la baja calidad de las aguas obedece al vertido 'en la misma red de alcantarillado de compuestos procedentes de la industria de aderezo de aceitunas de mesa'.

Los 25 pasos de vehículos constituyen barreras insalvables para los peces que, según los investigadores, 'podrían clausurarse' en la mayoría de los casos. Los investigadores identifican como otro de los problemas la toma de agua para riego que, además, entraña 'peligro para la salud humana' por tratarse de aguas contaminadas. 'Consideramos un contrasentido que se utilice este agua para el riego de productos de consumo humano y no se permita el pastoreo, la caza o la pesca en la zona contaminada', exponen.

En el estudio se señalan entre las tareas más urgentes para favorecer la recuperación del Guadiamar la demolición de las trampas de lodos cerradas, que ya ha sido asumida por la Oficina Técnica del Corredor Verde, y elevar sobre el lecho dos vados de gran tránsito de vehículos. En relación con los vertidos, consideran que urge la eliminación de los que se realizan sobre el arroyo Alcarayán, donde se juntan los urbanos con residuos procedentes de la industria de aderezo de aceitunas de mesa, y piden la clausura definitiva de los vertidos al Agrio procedentes de las minas de Aznalcóllar.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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