Bruselas apoya a España y defiende que los menos ricos no paguen la ampliación de la UE
La Comisión advierte a Alemania de que habrá que pactar 'reglas más justas para todos'
Hoy, sólo los países que no superan el 90% de la renta per cápita media de la UE o las regiones que no llegan al 75% del PIB medio de la Unión tienen derecho a percibir esas ayudas. España alcanzó el año pasado el 83,1% de la renta media de la UE, pero muchas regiones siguen estando por debajo del citado 75%. Pero la entrada en la Unión de países del Este supondrá una reducción inmediata de la media europea, por lo que la mayoría de las regiones españolas quedarían excluidas de esos fondos, que en buena parte serían destinados a los nuevos Estados de la UE.
'Las disparidades regionales que subsisten en España', argumenta Aznar, 'requieren esfuerzos adicionales para facilitar la convergencia con la media española y comunitaria'. El presidente español considera que esos efectos 'estadísticos' no pueden determinar la pérdida de fondos para España, por lo que 'será preciso encontrar una solución al problema en el ámbito de las negociaciones de la ampliación'.
Las previsiones para el reparto de tales fondos ya están fijadas hasta 2006, pero a partir de ese año deben pactarse, por unanimidad, los nuevos criterios de reparto. Para ese año ya se habrá incorporado el grupo de países candidatos formado por Polonia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Estonia, Chipre, Rumania, Bulgaria, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Malta.
Cuando se hayan incorporado todos esos países, un tercio de la población de la UE vivirá en países con una renta per cápita inferior al 90% de la media comunitaria. El grupo más próspero, con una media superior a la media, estará formado por 12 países de la actual UE (todos menos España, Grecia y Portugal). Estos tres países, junto con Chipre, Malta, Eslovenia y República Checa, formarán el grupo con unos ingresos per cápita del 80% de la media de la UE. Los otros ocho países restantes, con el 16% de la población de la UE, no alcanzarían el 40% de la renta per cápita media. Es decir, España ya no pertenecería al grupo de los menos pobres con derecho a más elevados fondos europeos.
Momento oportuno
Aznar quiere que este problema se aborde cuanto antes con el objeto de 'minimizar, o incluso neutralizar', ese efecto estadístico derivado de la ampliación. Y el presidente español plantea la cuestión 'en un momento muy oportuno', según un alto cargo de la Comisión Europea. En efecto, la ampliación levanta temores en diversos Estados, y algunos, como Alemania, ya han allanado el camino para solucionar los suyos. Así, la Comisión ya se ha decantado, como quería Berlín por miedo a una avalancha de inmigrantes, por establecer un periodo transitorio de cinco años (más dos si algún país lo desea) para la libre circulación de personas de los nuevos países que se sumen a la Unión.
Como aliados, España cuenta con Portugal, Grecia e Italia, los otros países receptores hoy de esas ayudas. Enfrente, Alemania, que en principio preferiría hacer un trasvase de los fondos a los nuevos países que más los necesiten. 'La negociación será muy dura, porque Alemania no quiere pagar la factura y, por eso, debemos pactar reglas de juego más justas para todos', aseguran en la Comisión. Francia, por ahora, se muestra 'comprensiva' con la posición española.
La Comisión ha propuesto ya alternativas a estudiar: aplicar el límite regional del 75%, lo que perjudicaría a España (sólo Extremadura y Andalucía recibirían ayudas); fijar ayudas transitorias para regiones que superen los límites; elevar el porcentaje para acceder a los fondos, o fijar un límite para los Quince y otro para los nuevos países de la UE.
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