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Un portal de Internet pide permiso judicial para difundir imágenes de la ejecución de McVeigh

Aunque habrá cámaras en el patíbulo de la prisión de Indiana en el que será ejecutado Timothy McVeigh el próximo 16 de mayo, la señal de televisión sólo será enviada a una sala ubicada en otra prisión federal, en Oklahoma, en la que estarán los familiares de las 168 víctimas del atentado que deseen presenciar en directo la ejecución. La señal será codificada con los sistemas más sofisticados del FBI para evitar que se pueda pinchar la retransmisión y grabar o retransmitir la ejecución. En la sala en la que McVeigh recibirá la inyección letal habrá 10 testigos escogidos por sorteo entre familiares de las víctimas o supervivientes del atentado. A los testigos se les prohíbe introducir en la prisión cámaras, grabadoras e incluso teléfonos móviles.

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Entertainment Network ha acudido a los tribunales para reclamar su derecho a retransmitir la ejecución por Internet amparándose en la enmienda constitucional que protege la libertad de expresión. Al menos otra compañía, Liveontheweb.com, había anunciado su intención de retransmitir también la ejecución si la otra empresa obtenía el permiso de los jueces. Ante la negativa de un juez federal, Entertainment Network va a presentar inmediatamente sus argumentos ante el tribunal de apelaciones, aunque tampoco descarta acudir directamente al Tribunal Supremo para acelerar el caso. Su intención es cobrar 1,95 dólares (370 pesetas) a cada internauta que desee presenciar en directo la ejecución, y donar los beneficios a las asociaciones de ayuda a las víctimas del atentado de Oklahoma, el más grave de la historia de EE UU.

Según el abogado de la empresa, Dereck Newman, las instituciones penitenciarias actúan de manera inconstitucional al limitar la presencia en la sala de ejecuciones. 'El público tiene derecho a saber qué esta pasando allí', dijo Newman, al tiempo que se mostró plenamente dispuesto a aceptar que sean las cámaras del Departamento de Justicia las que faciliten la señal de la ejecución.

'Vender palomitas'

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Entertainment Network tiene múltiples páginas de Internet con contenido pornográfico y con retransmisiones de lo que se denomina cibervoyeurismo. Según el abogado, el hecho de que la empresa se dedique a la distribución de vídeos de contenido sexual es 'irrelevante' para este caso.

No es ni mucho menos la primera vez que un medio de comunicación ha solicitado la grabación o la retransmisión de una ejecución. Incluso grandes figuras de la televisión o periodistas de dudosa ética como Phil Donahue han entablado batallas legales para lograr algo que nunca se ha permitido. Muchas televisiones lo han intentado, pero ninguna lo ha conseguido; Entertainment Media sólo tiene el privilegio de ser la primera empresa que quiere distribuir la señal a través de Internet.

Steven Brill, dueño de la revista Brills Content, que analiza la ética en la comunicación y también fundador de la primera televisión dedicada a la retransmisión de juicios, Court TV, asegura que el problema no está en pedir permiso para la retransmisión, sino en pretender cobrar para verla. Brill, que en múltiples ocasiones se ha mostrado partidario de la presencia de cámaras en las salas de ejecución, piensa que, si se permite 'vender entradas, lo siguiente puede ser vender palomitas'.

Timothy McVeigh (derecha), escoltado por la policía tras su detención, el 2 de mayo de 1995.
Timothy McVeigh (derecha), escoltado por la policía tras su detención, el 2 de mayo de 1995.REUTERS

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