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Localizado frente a la costa de Benin el barco con decenas de niños esclavos

El país africano había pedido ayuda a Naciones Unidas y a varios Estados para capturar al 'Etireno'

Un barco de bandera nigeriana, aunque fletado en Benin, transporta desde hace 15 días entre 180 y 250 niños esclavos, algunos de los cuales podrían estar enfermos, según Unicef. El navío, de nombre Etireno cubría habitualmente la ruta entre Togo y Gabón, con escalas en distintos puntos de la costa occidental africana para descargar a los menores con los que traficaba. El navío, que fue visto por última vez el domingo frente a Guinea Ecuatorial, entró en la madrugada de hoy en contacto con el puerto de Cotonú, en Benin, cuyas autoridades se movilizaron de inmediato para acoger a los niños.

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El barco, que zarpó desde Benin el pasado 30 de marzo transportando menores destinados a la prostitución o a ser esclavizados en plantaciones agrícolas, fue visto el pasado domingo frente a las costas de Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, país gobernado con mano de hierro por Teodoro Obiang. La capital guineana se encuentra a muy pocos kilómetros de las costas de Camerún, en cuyo principal puerto, el de Douala, trató de atracar el Etireno el pasado jueves. El Gobierno camerunés, advertido por la policía de Benin del traslado ilegal de los niños, impidió el desembarco de la "carga humana", como lo había hecho previamente el de Gabón. Por ello se esperaba que el barco llegara de nuevo a Benin el domingo, lo que no ocurrió. Tras varias horas de incertidumbre, anoche, el barco contactó con Benin anunciando su llegada para la madrugada, según confirmaron fuentes oficiales. Horas antes Benin había solicitado ayuda internacional a Naciones Unidas y a los Gobiernos occidentales para localizar al barco. "Necesitamos alta tecnología, satélites y navíos rápidos para interceptar el barco, porque nuestro país no los posee", declaró Baba Moussa. "Hemos pedido ayuda a la ONU y a los embajadores de Estados Unidos y Francia [la antigua metrópoli], a quienes solicitamos que emprendan la búsqueda".

Menores enfermos

Los menores, de nacionalidad beninesa y togolesa, iban a ser vendidos en Libreville, capital de Gabón. Fuentes de Unicef expresaron ayer sus temores de que hubieran sido arrojados por la borda por una tripulación asustada ante las denuncias que pesan sobre el responsable del barco.

La ministra de Asuntos Sociales de Benin, Ramatu Babamusa, se personó desde primera hora de la noche de ayer en el puerto de Cotonú para coordinar las labores de atención a los menores que viajaban en el barco en el momento en que el barco atracase. Una de las principales preocupaciones del Gobierno de Benin y de Unicef es el estado de salud de los niños, que podrían estar enfermos según informes de la policía de Camerún.

Las autoridades de Benin han identificado hasta el momento a tres responsables del tráfico de niños: Staneslas Abatan, empresario de Benin que opera en Libreville, y los dos colaboradores que organizaron esta última travesía. El Gobierno de ese país también ha lanzado una orden internacional para la busca y captura del propietario del navío, su capitán y la tripulación, cuyas identidades no han sido reveladas, aunque al parecer son de origen nigeriano. Algunos tienen antecedentes penales, según fuentes policiales. A pesar de los esfuerzos internacionales para poner fin al tráfico de niños, el comercio de menores sigue siendo una realidad en África central y del oeste, donde los traficantes embarcaron a millones de esclavos hacia América entre los siglos XVI y XIX. En algunas áreas de la región oriental del continente, son utilizados por los milicianos como guerrilleros. En Benin, país donde la esclavitud fue oficial hasta principios del siglo XIX, el comercio de menores se ha incrementado en los últimos años.

Crimen y genocidio

Los padres de las víctimas, que viven en una situación de extrema pobreza, son convencidos por negociantes sin escrúpulos para que dejen marchar a sus hijos, por los que perciben 14 dólares (2.600 pesetas). Los llamados "agentes de colocaciones" prometen llevarlos a países con más recursos, donde supuestamente serán escolarizados y donde conseguirán empleos. Sin embargo, son vendidos como esclavos para trabajar sin remuneración en explotaciones agrícolas con durísimas condiciones y una pésima alimentación. Las niñas suelen ser víctimas de abuso sexual o explotadas como prostitutas.

El presidente del Comité Español de Unicef, Joaquín Ruiz-Giménez, calificó ayer de "crimen y genocidio que debe ser juzgado por el Tribunal de La Haya", la situación de los niños transportados en el buque, y apuntó a la "pobreza crítica" de los países africanos como la causa que ha originado este fenómeno. "Mientras las condiciones en los países subdesarrollados de África y Asia sean de extrema pobreza, seguirán produciéndose fenómenos como el de los niños esclavos", dijo. Además, pidió a las autoridades que endurezcan sus políticas para acabar con esta forma de explotación infantil. Y anunció que Unicef ha preparado un dispositivo para atender la recuperación física y psicológica de estos niños.

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