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Las primeras curas

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Drassanes Dalmau, una empresa familiar de Arenys de Mar (Maresme) que desde hace 25 años se dedica a la construcción de embarcaciones turísticas, está reparando la golondrina Trimar, que el pasado jueves fue embestida por el catamarán Milenium. Los responsables de la empresa hicieron las primeras curas de la embarcación en el mismo puerto de Barcelona, donde repararon el casco. Ayer la golondrina llegó al puerto de Arenys sin ser remolcada, con su propio motor. Probablemente estará varada en esta localidad dos o tres meses, mientras arreglan la parte superior, que quedó destrozada. 'La construimos en 1997 y los daños que ahora tiene afectan básicamente a su estructura. Al tener los moldes originales aquí, ¿quién mejor que sus padres para arreglarla?', manifiesta Glòria Dalmau, administradora de la empresa e hija de su fundador, Josep Dalmau.

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Durante el accidente se reventó el mirador de la golondrina, por donde los turistas observan el fondo del mar. 'Una de las dos proas del Millenium', añade Glòria Dalmau, 'entró dentro del casco de la golondrina, lo agujereó totalmente, lo que hizo que entrara mucha agua. El barco no se hundió porque está construido a base de compartimentos estancos, pero era evidente que no podía navegar con uno de ellos lleno de agua'.

Drassanes Dalmau fue creada hace 50 años por Josep Dalmau y con el tiempo se ha especializado en la construcción de embarcaciones turísticas. Al principio, Dalmau trabajaba con madera. Ahora los barcos que fabrica son de poliéster y fibra de vidrio.

La golondrina averiada mide 26 metros de eslora y 8,2 de manga, y tiene capacidad para 200 personas.

Dalmau, empresa pionera en su sector, emplea a 40 personas.

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Los barcos turísticos que construye la empresa navegan por la costa del Mediterráneo en las localidades de Cambrils, Roses, L'Estartit y Blanes, entre otras. Asimismo sus embarcaciones dan servicio a los turistas del delta del Ebro y las islas Canarias.

Drassanes Dalmau, ubicada en el polígono industrial Valldegata Draper, de Arenys de Mar, trasladará próximamente sus talleres al puerto de Arenys. Esto evitará que, como recientemente sucedió, haya que cortar la N-II cada vez que transportan alguna embarcación hasta el agua.

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