Polémica sobre la elaboración de un plan de empleo juvenil
Algunas organizaciones consideran imprescindible un plan de empleo juvenil para cubrir los servicios que ahora prestan los objetores, pero el Gobierno se opone a ello.
Jóvenes Vecinos de España (JVE) -integrada en la Confederación de Asociaciones de Vecinos, Consumidores y Usuarios (Cave)- propone un plan inspirado en el del Gobierno socialista francés, que el pasado enero había creado 270.000 puestos laborales.
'Hay que responder a la desaparición de entre 125.000 y 150.000 plazas en entidades sociales y corporaciones locales, porque esa carencia va a suponer un problema', dice Mariano Moreno, de JVE. 'Y no vale un servicio civil, que sería incentivado con cosas como precios reducidos en abonos de transporte o entrada a museos. Un servicio civil, y no únicamente vinculado a los jóvenes, sólo podría plantearse cuando hubiera un plan de empleo juvenil y un plan de fomento del Tercer Sector [ONG sociales]. Necesitamos un plan de empleo que dé trabajo a 350.000 jóvenes menores de 26 años o trabajadores discapacitados de menos de 30 años'.
Actividades
La propuesta de JVE abarca desde actividades medioambientales o de tratamiento de residuos hasta ayuda a personas mayores o con discapacidad, pasando por nuevas tecnologías, mediación familiar, animación deportiva o promoción de la lectura.
JVE insta al Gobierno a realizar un estudio de viabilidad, pero insiste en que el plan -unos 700.000 millones de pesetas al año- podría financiarse con fondos estructurales de la UE, así como con presupuestos del Estado, de las comunidades autónomas, de ayuntamientos, e incluso de empresas que gestionan servicios públicos de carácter social.
El Instituto de la Juventud (Injuve) no apoya un plan de empleo. 'Aquí no va a haber ningún caos', dice Elena Azpiroz, su directora general. 'Optar por un plan de empleo es arriesgado, porque el fin de la PSS sí puede crear algunos puestos laborales, pero casi un 80% de la actividad de las entidades podrá cubrirse con voluntariado. Un servicio civil es una idea ya aparcada, por el rechazo de las organizaciones juveniles y de las ONG. La vía es impulsar el voluntariado'.
Pese a que el fin de la PSS era una muerte anunciada, aún no ha llegado al Congreso -y tendría que haberlo hecho antes del pasado 31 de diciembre- un informe de cada ministerio implicado sobre el impacto de la desaparición de la PSS, y que había sido solicitado por CiU en una moción que pedía que los recursos oficiales para la prestación se utilizaran para fomentar el asociacionismo y el voluntariado.
