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Europa se abre a los Balcanes con la firma de un acuerdo de asociación con Macedonia

Estados Unidos quiere reducir de dos a una las cumbres anuales con la Unión Europea

Los Quince reiteraron su 'apoyo al Gobierno de Macedonia, a la integridad territorial del país dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente y a favor de una respuesta proporcionada por parte del Gobierno de Macedonia para hacer frente a los extremistas violentos'.

En realidad el acuerdo tiene poco que ver con los conflictos étnicos de las últimas semanas. Se empezó a negociar en 1999 y se cerró en noviembre pasado, en la cumbre de Zagreb, con el objetivo de establecer un diálogo político, pero también abrir las economías de Europa a los productos macedonios. Pero Solana estaba ayer eufórico no ya por la firma en sí, sino por la presencia en el acto de altos representantes del Gobierno y la oposición macedonia, tanto de la mayoría eslava como de la minoría albanesa.

Faltó el Partido de la Prosperidad Democrática (PDP) de Imer Imeri ('un pequeño partido asambleario', según Solana), pero estuvieron el primer ministro, Ljubco Georgievski, dos vicepresidentes, el ministro de Exteriores y 30 altos mandatarios del arco político y étnico. Todos se comprometieron a reforzar el diálogo y a adoptar una agenda que impulse el objetivo.

Los ministros europeos respaldaron también la estrategia desplegada hasta ahora en Yugoslavia y que ha llevado a la detención del dictador Slobodan Milosevic. Aunque los Quince recuerdan que Milosevic debe responder de 'todos' sus cargos (lo que incluye las acusaciones del Tribunal de La Haya), el ministro francés de Exteriores, Hubert Védrine, criticó las presiones de EE UU a Belgrado para que entregue a Milosevic. No es la única diferencia con Washington. Los Quince ratificaron su apoyo al Protocolo de Kioto para reducir las emanaciones contaminantes y discutieron la petición norteamericana de reducir de dos a una las cumbres con la UE, un símbolo de que la Administración de Bush tiene menos interés por Europa que la de Clinton.

EE UU se queja de que las visitas de su presidente se han convertido en un memorial de agravios por las numerosas disputas comerciales. Y quiere reducirlas a la mitad porque las relaciones bilaterales y las citas del G-7 le parecen ya suficientes para abordar los problemas con Europa.

Por la izquierda, Solana, míster Pesc, los ministros de Exteriores de Macedonia, Kerim, y de Suecia, Lindh, y el primer ministro macedonio, Georgievski.
Por la izquierda, Solana, míster Pesc, los ministros de Exteriores de Macedonia, Kerim, y de Suecia, Lindh, y el primer ministro macedonio, Georgievski.REUTERS

La guerra del comité militar

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