_
_
_
_
Reportaje:

Mamíferos que perdieron el arca

Jacinto Antón

Producida por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y adaptada y enriquecida por el Museo de Zoología barcelonés con la colaboración del Instituto Paleontológico Miquel Crusafont de Sabadell, la exposición Oblidadts per Noè (hasta el 14 de octubre) informa sobre los numerosos yacimientos de mamíferos fósiles en España, sobre los procesos de excavación y, sobre todo, acerca de la fisonomía de los animales extinguidos, comparándola -y esto resulta muy interesante- con la de mamíferos actuales parecidos.

Así, se presentan juntos espectaculares cráneos y reconstrucciones de elefante africano actual y Gomphoterium -primitivo mastodonte-, o de rinoceronte negro de hoy mismo y Aceratherium, raro rinoceronte del mioceno sin cuernos y con largos incisivos que utilizaba para arrancar plantas acuáticas en las lagunas en que medraba.

La exposición 'Oblidats per Noè' informa sobre los animales extinguidos de la Península Ibérica

La referencia del título de la exposición a Noé y al Diluvio no es sólo un guiño simpático: durante mucho tiempo se pensó que los gigantescos huesos que se desenterraban por todo el mundo -de dinosaurios y grandes mamíferos desaparecidos- eran testimonio de la devastación acuática narrada en la Biblia. Cuando, por ejemplo, en 1706 se halló en una turbera en Albany (EE UU) un colmillo de mastodonte, el célebre predicador Cottton Mather no dudó en asegurar que había pertenecido a un hombre que había caminado a través de las aguas en ascenso mientras pudo mantener la cabeza fuera.

La exposición cuenta con los sensacionales dibujos de Mauricio Antón (Bilbao, 1961), especialista mundial en la ilustración de temas paleontológicos (a él se deben, por ejemplo, las del imprescindible estudio de los felinos y sus ancestros The big cats and their fossil relatives, de Alan Turner -University of Columbia Press, 1997-, y las de Memoria de la tierra, del paleontólogo Jordi Agustí -Ediciones del Serbal, 1997-). El dibujante resucita a las criaturas de épocas pretéritas y las coloca, entregadas al juego de la vida y la muerte, en los paisajes del remoto pasado. Lo hace con tanta maestría que uno, frente a los grandes paneles con sus dibujos expuestos en el Museo de Zoología, se siente como ante una ventana, espectador privilegiado de espacios de abismal antigüedad.

Un viejo conocido que figura en la exposición es Jordi, el fósil de Driopiteco -simio de hace 10 millones de años- hallado en el Vallès y cuya reconstrucción, realizada a partir de los huesos, tiene cara de agobio. Probablemente, por volver a coincidir con los letales gatos de los que creyó escapar hace tanto, tanto tiempo.

El mordisco del devastador

La reconstrucción en tres dimensiones del dientes de sable del mioceno Machairodus aphanistus es un primor. Se ha realizado a base de los huesos fósiles hallados en el rico yacimiento madrileño de Cerro de los Batallones, y parece tal y como si lo hubiesen disecado para el salón de trofeos de Allan Quatermain. Las proporciones son las auténticas y el dibujo del pelaje se ha extrapolado de los de los félidos modernos. En todo caso esta bestia y las de su grupo, los macairodóntidos -entre los cuales se encuentran fieras aún más espectaculares, como el Similodon populator, 'el que lleva la devastación', como lo bautizó, impresionado por los colmillos, al excavar sus huesos en 1824 Peter Wilhelm Lund-, no son los ancestros de los tigres actuales. Anatómicamente eran diferentes, y no sólo por el tamaño: las patas delanteras eran más robustas que las traseras, el cuello más largo y con una gran musculatura, y la cola corta, como la de los linces. Se ha debatido mucho acerca de cómo mordían. Ya no se cree que propinaran una suerte de puñaladas con esos dientes como cimitarras (pues, tan largos, podían partirse). Ahora la hipótesis es que asestaban un 'mordisco en ojal', atravesando un pliegue entero de piel y de carne, seguramente del cuello, y tirando hacia atrás, lo que producía una hemorragia masiva en la presa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_