Agricultura asume el plan de la Unió y estudia la regulación citrícola

La consejera de Agricultura, María Ángeles Ramón-Llin presentó ayer a las organizaciones agrarias diversas medidas para compatibilizar la actividad apícola con la citricultura. Las propuestas, que servirán para elaborar un decreto que se aprobará en abril o mayo, coinciden con un plan quinquenal presentado por la Unió de Llauradors.

El borrador sobre el que se está trabajando prohibe el injerto de variedades híbridas tras la publicación del texto, así como la implantación de éstas a partir de 2003. La Consejería también concederá ayudas para el arranque y sustitución de variedades híbridas y establecerá una distancia mínima de un kilómetro para las nuevas plantaciones de híbridos y las de clementinas, que precisarán de autorización administrativa. Estas medidas vendrán acompañadas, en 4 ó 5 años, de un censo citrícola, que permita localizar las áreas exentas de variedades híbridas, que en la actualidad son el 15% del total, para establecer asentamientos apícolas. Agricultura también se comprometió a potenciar las investigaciones para obtener variedades no híbridas.

El texto entrará en vigor la próxima campaña y este año se mantiene el decreto contra la polinización cruzada aprobado por el Consell en febrero y que desató las movilizaciones en el sector apícola. El secretario general de la Unió, Joan Brusca, valoró el borrador de Agricultura, 'que está en la misma línea del que presentamos hace dos años', pero lamentó que el decreto vigente sobre la pinyolà hará 'que sea un mal año para el sector apícola'.

El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristobal Aguado, por su parte, defendió que estas medidas permitirán una 'mejora de relaciones entre apicultores y citricultores' y permitirán producir miel de azahar sin perjudicar a estos últimos.