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Reportaje:

Un mar de anuncios

Un artista patenta un proyecto para pintar los toldos de los invernaderos de Almería y usarlos para publicidad

Las últimas mediciones realizadas vía satélite apuntan que Almería cuenta con 24.000 hectáreas invernadas para cultivo intensivo bajo plástico, lo que supone unos 240 kilómetros cuadrados de superficie de los 8.774 que tiene la provincia. El mar de plástico, la metáfora más utilizada para nominar el impresionante despliegue de materia orgánica sintética junto a la costa del poniente y levante almeriense, se distingue reluciente desde la órbita espacial junto con el perfil de la Gran Muralla China y la selva del Amazonas.

El impacto visual de los invernaderos no deja indiferente a quienes lo ven por primera vez o a quienes lo han absorbido como un elemento más conformador del paisaje: o abominan de la invasión o defienden su aceptación sin mayores repulsas. Pero Helio Clemente, un pintor afincado en Madrid, pretende ofrecer una nueva visión aérea de la costa almeriense transformando una imagen que ya está grabada en la retina y que funde el artificio humano con el mar Mediterráneo.

Este pintor, nacido en París en 1952 y vinculado a la provincia almeriense desde hace cuatro años, ha patentado un proyecto con el que pretende 'dar una chispa de alegría al paisaje de tono blanquecino que nada tiene que ver con el original'. El proceso patentado por Clemente, y al que acompañan los también pintores Juan Antonio Guirado y Adolfo Prado, se realizaría por impresión digital ejecutada por grandes máquinas diseñadas para tal fin. Se trata de una maquinaria pesada, de unos nueve metros de ancho, que permite la impresión de bandas de plástico de hasta cinco de metros de anchura. 'Es la misma maquinaria que se encarga de hacer las bandas publicitarias en edificios que están en obras', dice.

La propuesta del artista quiere que el coste de estas impresiones y de los plásticos corran a cargo de las empresas que apoyen el proyecto a cambio de verse visualmente representadas. 'El tema publicitario ocuparía un pequeño rincón de la zona a decorar. Nosotros, como artistas, buscamos hacer una composición visual de la zona previa visita al lugar. Después ya hablaríamos con las empresas interesadas en sufragar la inversión', explica Clemente.

Para el pintor, el dibujo primaría ante el soporte publicitario. 'La primera vez que vi la extensión de invernaderos sentí mucha pena. Al día siguiente se me ocurrió la idea de adornar aquello con colores y formas', se justifica el artista, que ya tiene ideados diseños específicos para el campo de Berja y de Dalías.

La empresa fabricante de las máquinas ha realizado pruebas con metros de plástico que garantizan la duración de las impresiones a prueba del sol o la lluvia. Los costes para la estampación de grandes logotipos publicitarios se estiman en unas 4.000 pesetas por metro cuadrado. 'Es un coste bajísimo. La empresa pagaría equis millones de pesetas por mantener su nombre entre tres y cuatro años anunciado, que es el tiempo para el que están preparados los plásticos', matiza el pintor.

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La compañía estadounidense fabricante de las máquinas de impresión no ha ocultado el interés por el proyecto. 'Yo lo que quiero es que el dinero no salga de España, que se quede aquí. Por eso ofreceré mi idea a empresas almerienses', advierte. Junto al proyecto gigantesco y millonario que Clemente tiene previsto ultimar, el pintor ha previsto también la cesión de un porcentaje de los beneficios obtenidos para casas de acogida a menores de edad. 'Es algo que queremos hacer de manera altruista. Se trata de culminar así una idea con la que queremos hacer algo bonito', concluye.

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