42 artistas establecen 'diálogos de complicidad' en sus pinturas

La pintura española se mezcló con la internacional en las principales corrientes de la segunda mitad del siglo XX. El crítico de arte Fernando Francés quiere destruir el mito del aislamiento del arte español y ha colocado en la misma secuencia 42 pinturas de otros tantos artistas para formar la exposición Encuentros. Diálogos de complicidad en la pintura internacional, inaugurada ayer en las salas del Palacio Episcopal (Plaza del Obispo, s/n), de Málaga.

Una imagen del pop de Roy Lichtenstein figura en las banderolas, carteles y portada del catálogo de la exposición Encuentros, que se mantendrá en el Palacio Episcopal de Málaga hasta el 29 de abril, organizada por Unicaja dentro de los actos culturales por Andalucía para conmemorar los diez años de su creación. El director general de la Obra Cultural de Unicaja, Francisco de la Rosa, anunció ayer que van a exhibir más arte contemporáneo en la ciudad.

El palacio, del siglo XVIII, que desde su restauración programa la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía -como los montajes de Picasso clásico y de Sean Scully- entrega sus salas a un 'proyecto arriesgado', según su comisario, Fernando Francés. La exposición reúne la obra de 42 artistas internacionales, procedentes de museos, fundaciones y colecciones particulares, para analizar y demostrar los vínculos del arte español con las corrientes más significativas de la segunda mitad del siglo, como la abstracción, el expresionismo, el pop y las figuraciones. La mitad de las pinturas no se han visto en España al proceder de colecciones particulares, según el comisario. 'No es una suma de nombres. Sin una pretensión educativa o didáctica, forman un paisaje ecléctico donde se presentan las tendencias de una forma cohesionada a través de unas piezas especialmente buscadas. Las obras forman parte de una polémica artística de los últimos 30 años que todavía dura'.

Los cuadros de Palazuelo, Sol Lewit, Albers y Knoebel están en la primera sala, en la planta baja del edificio. A continuación se cuelgan las telas de Tàpies, Millares, Saura, Appel y Dubuffet, cerca del conjunto que forman Equipo Crónica, Lichtenstein, Arroyo, Warhol y Katz. A su lado, Xesus Vázquez está rodeado de Polke, Salle, Dokupil y Schnabel, mientras que Navarro Baldeweg y Gordillo comparten conceptos y soportes con Robert Rauschenberg.

El visitante entra por la mitad del montaje, que está dividido en tres grandes bloques, con 14 obras cada uno, para delimitar las abstracciones, los expresionismos, el pop y las otras figuraciones. Los tres apartados son analizados en el catálogo por Juan Manuel Bonet, Fernando Huici y Quico Rivas. 'La disposición de las obras quiere llamar la atención sobre los vínculos de los artistas españoles en el contexto internacional, tanto en la dictadura como en la democracia'.

De esta forma se desarrolla el resto del montaje, en salas donde se comparten las afinidades y los encuentros. Juan Uslé se ha situado en los abstractos más poéticos (Förg, Richter, Scully), mientras que Esteban Vicente y José Guerrero comparten espacio con Albert Oehlen. Cada artista destacado del periodo tiene su sitio, como Barceló y Sicilia o la influencia de los expresionistas alemanes (Kiefer, Kirkeby, Lüpertz), donde Baselitz invierte la figura ante García Sevilla, Penk y el portugués Sarmento.