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El Ayuntamiento descubrió irregularidades en el 10% de los cursos del Imefe que revisó

El Ayuntamiento rescindió seis contratos a las sociedades denunciadas por los supervisores

Entre el 3 de marzo y el 27 de julio de 2000, los inspectores municipales revisaron 131 cursos del Imefe (Instituto Municipal para el Empleo y la Formación Empresarial). En 13 de ellos (el 10%) se hallaron irregularidades 'graves'. Descubrieron que se estaban dando cursos para personas sin hogar que en realidad sí tenían casa; para discapacitados físicos sin 'ninguna discapacidad'; y cursos en los que no había nadie porque los alumnos 'se encontraban en fase de realización del proyecto final'.

Los informes explican, por ejemplo, que en un cursillo para viveristas los alumnos no tenían 'ni libros, ni botas, ni ningún tipo de apoyo técnico para el normal desarrollo de la acción formativa'. Sólo contaban con unas 'fotocopias de apuntes que ha buscado y proporcionado un profesor'. Además, el coste de las 'salidas o visitas' corría 'a cargo de los propios alumnos' o del docente.

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Los supervisores descubrieron, además, que las instalaciones donde se impartían las clases 'no eran adecuadas: sin calefacción en invierno, ni luz natural, sin ventilación, con techos en malas condiciones', lo que convertía el lugar en 'un cuarto de limpieza'. Finalmente, la inspección destapó que 'al inicio deL curso comenzaron 21 alumnos', pero cuando visitaron el centro sólo había cinco, 'aunque en la hoja de firmas aparecían 10'.

Falacia municipal

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La concejal socialista Isabel Vilallonga asegura que no le sorprende que la mayor parte del alumnado abandonase la formación en los primeros días. 'Los informes son reveladores: las academias carecían de instalaciones con el mínimo alumbrado, los retretes no funcionaban, no había aire acondicionado, y así todo tipo de carencias. Esto demuestra que el argumento del PP de que las asistencias externas iban a garantizar la calidad de los estudios impartidos es, simplemente, una falacia', señala. El concejal de Hacienda Pedro Bujidos, del PP, es de otra opinión. El edil explicó ayer que, 'a la vista de los informes, los mecanismos funcionaron perfectamente'.

'De los 131 cursos revisados, sólo se detectaron problemas en 13, buena parte subsanables'. Bujidos recuerda que el Ayuntamiento procedió 'de manera inmediata' a rescindir seis de los contratos.

En otra de las actas se explica que en un cursillo de restauración de muebles, 'diseñado para personas sin hogar, los asistentes no lo son'. Los alumnos tuvieron que pagar de su bolsillo los materiales didácticos, a pesar de que éstos debían ser gratuitos. Los estudiantes carecían de 'batas, guantes y mascarillas de protección, imprescindibles para el uso de los productos'. Pero, además, según los inspectores, 'las instalaciones y uso de materiales (productos químicos y tóxicos) incumplen las normas de prevención de riesgos laborales'.

En otra de las inspecciones se revisó un curso de técnico de formación socio-laboral. Cuando los inspectores 'se presentaron a la revisión' descubrieron que no había nadie en las clases. 'La tutora les insistió con vagas justificaciones, [como] que los alumnos no asistían ya que estaban finalizando el curso y se encontraban realizando el proyecto final'. Los técnicos municipales respondieron que 'para un curso de este tipo es quizás difícil justificar las ausencias por realización de trabajos de final de curso'. Ayer, los responsables de esta academia insistieron en que los alumnos realizaban el día de la inspección el proyecto final y enviaron a EL PAÍS la memoria, donde se detallaba el nombre de los proyectos y sus redactores.

En mayo pasado, los inspectores se personaron en el local donde se impartía un curso de técnico en AS/400 (manejo de un modelo de ordenador). Descubrieron entonces que lo que los alumnos aprendían era 'informática básica' y tres programas de ordenador. Revelaron que en el pliego de prescripciones técnicas del curso se detallaba que los estudiantes debían ser discapacitados físicos. A pesar de eso, 'cinco manifestaron no padecer ninguna discapacidad'. El Ayuntamiento suspendió el curso.

Los responsables de esta academia insistieron ayer en que 'todos los alumnos eran discapacitados', aunque admitieron que habían cambiado el programa del curso porque los alumnos no tenían los conocimientos mínimos para el programa inicial.

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