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Egipto exige que los países árabes paguen las ayudas que prometieron a la Intifada

La Administración palestina no tiene dinero para abonar la nómina a sus empleados

'Está claro que los palestinos no pueden continuar sin una ayuda mínima. Es por esta razón por la que hemos empezado a efectuar gestiones para encontrar los mecanismos apropiados que permitan el envío de estas ayudas sin más dilaciones', anunció ayer Mubarak en el acto de apertura de la reunión extraordinaria de la Liga Árabe, que se inició ayer y finalizará hoy en Ammán.

Aquel compromiso económico, valorado en unos 1.000 millones de dólares (unos 186.000 millones de pesetas) y al que nadie se opuso, se ha incumplido de manera vergonzosa: sólo ha llegado a los palestinos una mínima parte, que, según algunas fuentes, no supera los 30 millones de dólares.

Los países de la Liga Árabe han tratado de justificar este retraso alegando todo tipo de excusas, que van desde las dificultades administrativas y bancarias a la falta de confianza con respecto a la transparencia y honradez con la que la Autoridad Nacional Palestina ha venido gestionando estas aportaciones internacionales.

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El recordatorio de Mubarak se produce en un momento crítico para las finanzas palestinas, como consecuencia de la decisión del Gobierno israelí de Ariel Sharon de congelar el traspaso de los impuestos cobrados con anterioridad y la negativa a aliviar el bloqueo laboral y financiero. Arafat no puede pagar los salarios a una parte importante de sus funcionarios, especialmente a los miembros de los cuerpos de seguridad.

Los miembros de la Liga estudiaban ayer la posibilidad de otorgar a la Autoridad Nacional Palestina créditos blandos por un periodo máximo de seis meses, a 40 millones de dólares al mes, que serían transmitidos de manera urgente para hacer frente a las necesidades más imperiosas e impedir la bancarrota total.

La reflexión pragmática de Mubarak no tuvo ayer una respuesta inmediata por parte de los representantes en Ammán, que en sus discursos de apertura de la cumbre continuaron, como siempre, hablando en términos vagos e imprecisos de la necesidad de apoyar a la causa palestina, sin especificar ni cómo ni cuándo.

El presidente sirio, Bachar al Asad, se sumó también a las promesas vagas, al reconciliarse públicamente con Arafat, poniendo de esta manera punto final a más de una década de tensiones y distanciamiento. 'Decimos a los palestinos del interior y del exterior que ponemos las cartas que disponemos al servicio de la causa palestina, a pesar de que no ha habido cooperación durante estos diez últimos años. Tendemos la mano a nuestros hermanos palestinos y nos colocamos a su lado y al servicio de su causa', dijo.

De izquierda a derecha, Hosni Mubarak, Muammar el Gaddafi y el rey Abdalá de Jordania, ayer en Ammán.
De izquierda a derecha, Hosni Mubarak, Muammar el Gaddafi y el rey Abdalá de Jordania, ayer en Ammán.REUTERS

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