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Reportaje:

La diáspora de los 'niños de la calle'

La presión judicial reduce la actuación delictiva de los menores 'sin papeles'

Más presión judicial y policial contra los niños de la calle que delinquen. Los menores de 18 años que actúan en Ciutat Vella y cometen a diario delitos menores empiezan a comprobar que se acaba la impunidad con la que han venido actuando desde hace casi tres años en Barcelona y su área metropolitana. Buena parte de este centenar de jóvenes o bien acaban ahora internados de manera forzosa en centros de la Generalitat por orden judicial o se han marchado de la ciudad para eludir el cerco.

Hasta el pasado mes de enero lo habitual era que se realizaran más de 150 personaciones mensuales de niños de la calle en situación de desamparo en los centros de la Dirección General de Atención al Menor de la Generalitat o ante los Mossos d'Esquadra. Se trata de menores de origen magrebí sin familia que subsisten con los robos que cometen. Hasta ahora, el Grupo de Menores del Cuerpo Nacional de Policía los detenía después un robo o un tirón, casi siempre contra turistas y en Ciutat Vella.

El guión habitual era que el niño fuese conducido a un centro del Departamento de Justicia de la Generalitat, donde casi siempre rechazaba la ayuda de la Administración. Por eso, en cuanto podía se escapaba, en ocasiones al cabo de horas, y volvía a la calle para delinquir. Eso explica que algunos menores hayan sido detenidos en más de 20 ocasiones.

Ese círculo vicioso empezó a cambiar a partir del pasado 13 de enero, cuando entró en vigor la Ley del Menor, que otorga al fiscal la instrucción de los casos. A partir de entonces, la fiscalía pide al juez que en algunos casos ordene el ingreso forzoso del menor durante un tiempo en un centro de justicia juvenil de la Generalitat para su educación. De esa manera, se evita que vuelva a delinquir durante un tiempo. Gracias a ese cambio, las detenciones de niños de la calle se redujeron a 105 en el mes de enero y a 75 en febrero. Hasta el pasado domingo, la policía había realizado tan sólo 26 detenciones. Todavía no se dispone de estadísticas oficiales, pero es muy probable que, al haber menos menores, hayan disminuido también los delitos.

Sin embargo, los vecinos de Ciutat Vella cuestionan que haya mejorado la seguridad ciudadana tras la diáspora de los niños de la calle. 'Aquí todo sigue igual. El domingo, sin ir más lejos, dieron tres tirones en la calle de Princesa', asegura Carmen Hidalgo, presidenta de la Coordinadora de Vecinos del Casc Antic. 'Puede ser que haya menos menores, pero los delitos no han disminuido', afirma.

La policía argumenta que en las últimas semanas se han incrementado mucho las peticiones de información desde comisarías de otras ciudades españolas, a las que probablemente se han desplazado los menores que anteriormente estaban en Barcelona y su entorno.

'Van donde se puedan mover con soltura y donde haya gente de los suyos', asegura un portavoz de la Delegación del Gobierno. Desde hace meses, este organismo y el Ayuntamiento de Barcelona venían reclamando de la Generalitat que ejerciera sus competencias y actuara como un padre con estos niños, aunque ha tenido que mediar la intervención de la fiscalía para que así ocurriera.

Desde Justicia se insiste en que no existe ningún plan especial para los menores inmigrantes y que el departamento se limita a cumplir las decisiones judiciales. La Generalitat piensa que para afrontar el problema hace falta que el Parlament apruebe una nueva ley.

Una pareja de la Guardia Urbana detiene a un menor en Ciutat Vella tras cometer un delito.
Una pareja de la Guardia Urbana detiene a un menor en Ciutat Vella tras cometer un delito.CARLES RIBAS

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