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El Imefe empleó 40 millones del fondo para parados a diseñar un logotipo de Madrid

La empresa que se encargó de elaborarlo abonaba a los alumnos 150.000 pesetas al mes

Antonio Jiménez Barca

La idea de modificar los logotipos que utiliza el Ayuntamiento de Madrid partió en 1999 del dueño de la empresa Mosaico, Constantino Mediavilla, periodista del ámbito local durante muchos años, que ha trabajado en Onda Madrid, Telemadrid, Diario 16 y actualmente es presidente y propietario del periódico digital Madridiario, donde escribe una columna cada día. 'Mediavilla expuso su idea al gerente del Imefe, Ricardo Peydró, y éste aceptó', explicó ayer al término de la comisión el concejal de Hacienda, Pedro Bujidos. Posteriormente, para llevar a cabo el proyecto, el Imefe se lo adjudicó a Mosaico repartiéndolo en 21 cursos, en teoría diferentes. Algunos de los nombres de los cursos son los siguientes: 'Papelería alcaldía presidencia', 'Papelería cargos electos', 'Elementos institucionales', 'Papelería corporativa...'. Había 21 expedientes diferentes, cada uno con su título, pero los alumnos eran siempre los mismos: 10 personas que, a juzgar por los expedientes, iban a clase 15 horas diarias durante seis meses, ya que en teoría estaban apuntados a tres cursos a la vez desde febrero a agosto. 'Era una manera burda de repartir el contrato de un proyecto de 40 millones que debía haberse aprobado por otro organismo del Ayuntamiento y que así se hizo colar por cursos del Imefe', aseguró la concejal Isabel Vilallonga, del PSOE.

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'10 parados'

Mediavilla, que compareció ayer en la comisión de investigación del Imefe, aclaró que las 10 personas que se encargaron de elaborar los diseños 'eran 10 parados'. Y aportó otro dato. Una vez elegidos, la empresa Mosaico les contrató y les pagó alrededor de 150.000 pesetas al mes. 'No se podía tener a 10 personas trabajando 10 horas diarias en un proyecto sin que cobraran nada', explicó. Mediavilla también aclaró los títulos de los cursos: 'En realidad, era un proyecto único, y los títulos apelaban a los capítulos diferentes: la papelería del alcalde, por ejemplo, alude al diseño de los membretes oficiales que utiliza la alcaldía-presidencia, que nosotros proponíamos cambiar por otros más modernos y atractivos'. El resultado del proyecto, un libro de más 200 páginas que, además del logotipo, contaba con los nuevos diseños propuestos para los membretes, fue presentado en noviembre pasado en un acto oficial, en el que se daba a conocer la memoria del Imefe, al que acudió el alcalde, José María Álvarez del Manzano. Al regidor no le gustó el logotipo, con lo que el proyecto quedó aparcado, sin que hasta el momento se le haya dado ninguna utilidad.

Uno de los colaboradores de Mediavilla aclaró que, en caso de haber sido elegido el diseño, Mosaico no hubiera cobrado más dinero que los 40 millones de los cursos: 'El dibujo pertenece al Ayuntamiento'. Mediavilla no quiso juzgar si la forma de contratación del proyecto, a base de cursos del Imefe, fue la más apropiada: 'Es una pregunta que debe responder el gerente del Imefe, no yo', dijo.

A la salida de la comisión, los representantes de la oposición se apresuraron a criticar estos cursos: 'Es descabellado pensar que un parado le pueda costar al Ayuntamiento cuatro millones de pesetas; y eso no lo ha hecho el gerente por su cuenta, ha tenido que venir de más arriba', explicó la concejal Vilallonga. Inés Sabanés, representante de IU en la comisión, tachó los cursos de la empresa Mosaico como de 'altamente irregulares'.

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'Dudas legales'

Pedro Bujidos, representante del equipo de gobierno, admitió que estos cursos 'presentan dudas desde el punto de vista legal'. Y que esas dudas 'tiene que aclararlas el gerente, que comparecerá la próxima semana'. Bujidos aclaró que estos cursos 'no se han pagado con fondos europeos'. Los cursos del Imefe son sufragados en un 40% por la Unión Europea. De hecho, el Ayuntamiento ya ha tenido que devolver a Europa casi cinco millones de pesetas por cursos a presos cobrados por una empresa, Ifomar, que nunca los impartió. El escándalo del Imefe surgió a principios de enero al saberse precisamente el caso de Ifomar, empresa contra la que se ha querellado el Ayuntamiento.

Vilallonga aclaró: 'Los cursos cobrados por la empresa Mosaico estaban en la partida del Fondo Social Europeo. Y si Europa no los ha pagado es porque aún no se ha hecho la liquidación correspondiente a ese año'.

Posible malversación

El concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, representante del equipo de gobierno en la comisión de investigación del Imefe, ha solicitado a Constantino Mediavilla, propietario de la empresa Mosaico, que 'aclare las cuentas'. Los 21 cursos que se impartieron a los mismos 10 alumnos para elaborar los nuevos diseños costaron 40.900.000 pesetas. Y Mediavilla, según contó él ayer, pagaba 150.000 pesetas al mes a cada alumno. Es decir, en pagar a los alumnos, la empresa invertía 1.500.000 al mes. Los cursos duraron seis meses, con lo que el total asciende a menos de 10 millones de pesetas. 'El señor Mediavilla se ha comprometido a traer todos los costes de los cursos, lo que es necesario para saber si ha existido o no malversación de fondos', dijo el edil. 'Hasta que no tengamos todos esos datos, no se puede aventurar nada', añadió. La concejal del PSOE Isabel Vilallonga denunció el 'silencio ensordecedor' causado por la ausencia de la presidenta del Imefe, la concejal del PP María Antonia Suárez, 'que no sólo no acude a las comisiones de investigación, sino que se niega a hacer declaraciones sobre el asunto o a dar aclaraciones'. En el pleno municipal de febrero, Suárez, ante las críticas de la oposición por las irregularidades del Imefe, admitió que algunas empresas habían 'metido un gol al Ayuntamiento'. 'Pero no estamos perdiendo por goleada', añadió.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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