Ramón Irigoyen recopila sus cuentos eróticos y sociales
Escritos entre 1980 y este mismo año, los 20 cuentos de Ramón Irigoyen (Pamplona, 1945) reunidos en Un placer inconfesable desfilan entre el erotismo y la crítica social. La selección, realizada por el propio autor y editada ahora por Brand, arranca con un primer bloque de relatos inéditos que indagan', explica el autor, 'desde diferentes enfoques las represiones eróticas y amorosas que van desde la infancia hasta la edad adulta'.
El segundo bloque de relatos amplía esas incursiones en el erotismo 'para hablar igualmente del Ejército, el dinero o incluso del deporte'. La crítica social y política se mezclan en este segundo bloque de cuentos escritos hace ya casi dos décadas.
'Un placer'
'El placer de reeditar estos 11 cuentos, que algunos tienen ya 20 años, es que después de releerlos no cambiaría ni una coma', afirma Irigoyen. 'Desde el primer cuento que en su día lo reescribí ocho o diez veces a otros que escribí a lo largo de dos años. Todavía me gustan y a pesar del tiempo no se me caen y creo que es por esa exigencia que pongo al escribirlos'.
Ramón Irigoyen, que ha publicado diversas traducciones del griego clásico y moderno (entre ellas una antología de Kavafis), además de poesía y ensayo histórico, asegura que es en la ficción -tanto poética como narrativa- donde, 'a fuerza de borrar las huellas personales', uno se reconoce mejor.
En Un placer inconfesable, Angelica Valentinetti Mendi, profesora de filología italiana en la Universidad de Sevilla, escribe en el apéndice que cierra el libro de relatos del autor pamplonés: 'La transgresión de Irigoyen del código literario al uso representa el zarpazo artístico más decisivo, el acto supremo de rebeldía estética contra el poder manipulador y dominador de una lengua deformadora de la realidad y de la experiencia'.
