Apocalyptica fundirá en Bergara la música de cámara y el 'metal'

La sala Jam de Bergara ha programado para el próximo jueves (22.00; 2.800 pesetas) una cita atractiva para aquellos que disfrutan contemplando en vivo formaciones con un fuerte componente experimental. Concretamente, el local guipuzcoano acogerá ese día la puesta en escena de Apocalyptica, cuarteto finlandés de violonchelos que esta semana aborda su primera gira española y cuya propuesta se basa en fundir la sutileza y instrumentos característicos de la música de cámara con el pertinaz rugido del heavy metal. Dos sonidos en principio antagónicos que exprimidos con intensidad procuran una atractiva conjunción, impensable hace escasos años, de sendos espíritus y sabores épicos. Aunque el volumen y el protagonismo que adquieren las guitarras eléctricas la convierten en más digerible para los fans del rock duro.

Los cuatro violonchelistas que comandan Apocalyptica ocuparán la parte delantera del escenario durante la presentación ante el publico vasco de Cult (Mercury - Universal), un tercer elepé del que están especialmente orgullosos. 'Se trata de un disco prácticamente de creación propia, lo cual era una apuesta bastante arriesgada ya que no lo habíamos hecho antes, pero la respuesta del público ha sido buena. Por tanto, no nos queda más remedio que estar muy satisfechos', confiesa Max Lilja, fundador del conjunto en 1993.

Efectivamente, los discos anteriores de Apocalyptica contenían principalmente adaptaciones a su singular formato de composiciones de Metallica (en el caso del estreno Apocalyptica plays Metallica by four cellos) y de otras bandas de metal, como Sepultura, Pantera y Faith No More (en Inquisition Symphony, su segunda entrega). Sin embargo, Cult contiene 10 temas propios y únicamente tres versiones, entre las que se incluye el Hall of the mountain king, del compositor noruego Edward Grieg, primera pieza estrictamente clásica que se atreven a transformar.

Aunque no parece que el futuro de estos cuatro músicos, que no ocultan que les gusta 'castigar' sus instrumentos y aseguran que 'no debe haber barreras en la música', apunte en esa dirección.

Cosecha propia

Seguir haciendo música de cosecha propia, tocar en países donde no lo han hecho hasta ahora y participar en festivales veraniegos figuran entre los proyectos de una banda que no descarta grabar con una orquesta completa y que el próximo jueves sacudirá los cimientos de la sala Jam con su mezcla de exquisitez y contundencia.

'Nuestro espectáculo es un concierto de rock, con mucho movimiento y una puesta en escena realmente potente, enérgica. Entre el público se suele dar cita gente de todo tipo; naturalmente hay muchos metal heads (aficionados a la música heavy), pero también enamorados de la música clásica y gente que simplemente quiere escuchar cosas distintas. Tiene algo de mágico ver a esos metal heads desfasando y, junto a ellos, gente de 40 años más concentrada y escuchando la música', adelanta Lilja, quien probablemente se contente con satisfacer a aquellos que desean escuchar algo realmente original.