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Reportaje:EN PORTADA

El dividendo vuelve a brillar, frente a los valores de crecimiento

La Bolsa española ofrece una de las más elevadas rentabilidades por dividendo y las sociedades con mayores pagos consiguen revalorizarse más que el índice general

El mercado siempre busca explicaciones para sus distintas fases. Hasta marzo del pasado año -princi-pio de la crisis de los valores tecnológicos- los analistas se esforzaban en dividir dos mercados muy distintos. De una parte, se encontraban los valores de beneficios constantes, aunque no espectaculares, que eran despreciados por los inversores. Subidas de beneficios del 15% o 20% anual se consideraban poco menos que ridículas. En esos días de excesos de la llamada nueva economía, el beneficio y la retribución al accionista pasó a un segundo plano.

Luego, estaban los valores ligados a operaciones en Internet sin beneficios o con ganancias muy pequeñas que eran los motores del mercado y que dejaron a buena parte de los valores llamados clásicos en precios mínimos por el trasvase de dinero hacia las tecnológicas. Esta era la división que se vivía en el mercado y que ha propiciado la actual crisis que viven los valores tecnológicos, responsable de la elevada volatilidad de las bolsas mundiales y de los fuertes recortes que se vivían esta misma semana.

El mercado va colocando otra vez las cosas en su sitio, valorando los beneficios empresariales y también la retribución al accionista. La buena marcha de las constructoras a lo largo del año, su resistencia a la baja, son buena muestra de un sector que ahora consigue sus mayores revalorizaciones, después de ser despreciado en plena euforia de los tecnológicos. Inmobiliarias y valores industriales son otra buena muestra de cómo el mercado ha vuelto por sus fueros. Fruto de esta pasada moda de despreciar el dividendo, compañías como Telefónica decidían acabar con esta forma de retribución, amparadas en ese protagonismo del crecimiento del beneficio sobre la constancia del mismo. Una decisión que venía precedida de las tomadas por muchas sociedades, sobre todo norteamericanas, que también dejaron de pagar a su accionariado.

Es curioso que, según los datos facilitados por Merrill Lynch, únicamente ocho compañías de las que forman el índice de la bolsa tecnológica Nasdaq paguen dividendo a sus accionistas. Muchas de ellas no ofrecen beneficios con los que satisfacer esos pagos, pero otras siguen enfrascadas en la filosofía de crear valor para el accionista, frente al corte del cupón. Esta semana el índice Nasdaq Composite llegaba a perder los 2.000 puntos, después de que hace sólo un año superase este indicador los 5.000 puntos.

Los valores que conforman el índice neoyorkino Dow Jones Industrials, según las mismas fuentes, siguen manteniendo sus dividendos a los inversores, aunque con rentabilidades más modestas que en la bolsa española. Philip Morris o Dupont ofrecen este año a sus actuales precios rentabilidades por dividendo por encima del 3%, cuantía que es una excepción dentro del mercado norteamericano, donde las ganancias por este concepto son muy modestas.

Además del temor que ahora provoca todo aquello que lleve el sello de la nueva economía, hay razones que sustentan este cambio de comportamiento de los inversores.

Recesión y cíclicas

El temor a una recesión de las economías occidentales, con más virulencia en Estados Unidos, lleva a buscar dentro del mercado firmas con un crecimiento constante de su beneficio no tan dependiente del ciclo económico. Sociedades que pueden ver crecer con más moderación su ganancia, pero en las que aumentará son ahora las que buscan los analistas para invertir. Ya el dinero no se conforma con simples expectativas por muy razonadas que estén éstas.

El otro aspecto es la tendencia bajista de los tipos de interés, corroborada por los descensos practicados por la Reserva Federal norteamericana (Fed). Con unos tipos que se mantienen bajos, el dinero tiene que seguir buscando sus oportunidades en la renta variable. Unos tipos que se mantienen sin expectativas de subida, convierten la inversión por dividendo en una opción muy interesante para el ahorrador, sobre todo en mecados como el español donde es posible escoger dos docenas de sociedades que ofrecen por el cupón una ganancia similar o superior a la que ofrecen activos a un año como las letras del Tesoro. Las autopistas, alguna eléctrica, valores industriales con un precio castigado muestran estas rentabilidades que permiten estar en renta variable con garantías de ganancia.

Esta misma semana, en la Oferta Pública de Venta (OPV) que prepara Iberia, se aseguraba una rentabilidad por dividendo del 2%, ante el inminente pago a los suscriptores de la oferta del dividendo, como un atractivo añadido a la compra de los títulos de la firma de aerolíneas. Un concepto interesante por cuanto en las OPV del pasado año, el dividendo no era factor clave para atraer a los nuevos inversores. Aragonesas, Aldeasa, Cristalería o la firma de alimentación Natra ofrecían a los precios de esta misma semana rentabilidades por dividendo superiores al 5%. Aurea (Aumar), Faes, Zardoya, Cementos Portland o Vallehermoso aseguran ganancias superiores al 4%. Rentabilidades que, además, son mucho más atractivas cuando pasan por el tamiz de la fiscalidad, ya que son las rentas periódicas mejor tratadas por la deducción que incorporan en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Pero, además, la ganancia para los inversores que apostaron por la solidez del pago del dividendo ha sido doble (no hay que olvidar que muchas compañías pasan de dar dividendo a pérdidas). Estos valores de mayor rentabilidad por dividendo ofrecen en lo que va de año ganancias por subida de la acción. Unas ganancias muy superiores al comportamiento del índice de la Bolsa de Madrid que en estas jornadas ronda el 4%. Sólo EbroPuleva ofrece una rentabilidad menor.

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