El gran traspiés del capitalismo popular

El sueño del capitalismo popular está se desvanece a golpe de caídas bursátiles. La mitad de los hogares estadounidenses tiene sus ahorros en acciones, y los ciudadanos depositan más dinero en Wall Street que en los bancos. Pero la crisis que sufren las bolsas, que ha dejado el índice Dow Jones por debajo de los 10.000 puntos, ha atrapado a cientos de miles de pequeños inversores. Los economistas calculan que la mayoría de los patrimonios familiares son negativos, es decir, la deuda supera a los activos.

Los analistas predicen que la época de la ley seca en Bolsa durará un tiempo considerable. Los inversores no se atreven a vender por no asumir pérdidas, pero lo harán en cuanto puedan y gastarán lo menos posible, lo que supone un duro golpe al consumo.

Las compañías tecnológicas han sido las grandes protagonistras de esa nueva forma de inversión popular y de su caída, porque sus expectativas de negocio, débilmente fundamentadas, no se han cumplido. La nueva economía prometía, según todos los gurus, un desarrollo ininterrumpido e ilimitado, libre de las crisis inherentes a los ciclos. Los inversores primaron crecimiento sobre beneficios y dividendos, pero esta tendencia también se está modificando. Las empresas de telecomunicaciones también se han desplomado, por las dudas sobre del negocio de UMTS. El crash se ha cobrado ya más de 200.000 empleos, de empresas tecnológicas y tradicionales.