Ilusión renovadora

Posiblemente empiece mi escrito por el final, pero tengo demasiadas ganas de decirlo: estoy plenamente convencido de que el proyecto de la Escuela Superior de Música de Cataluña será un éxito que marcará, sin duda, el futuro de nuestra cultura musical. Así lo siento y así lo sentimos todos los que de una u otra forma estamos implicados en ella.

Hace mucho tiempo que desde diferentes estamentos se reclama la oportunidad para que nuestros estudiantes puedan contar con un centro de estas características. Un centro innovador y progresista que ofrecerá una enseñanza de nivel universitario, con un currículo flexible y que permitirá que nuestros músicos logren una formación global y humanista. Un centro que más que informar quiere formar a sus estudiantes dotándolos de una base musical lo suficientemente amplia para adecuarlos hacia la diversidad de opciones que se les presentan, y al mismo tiempo orientarlos y, por qué no, iniciarlos en su desarrollo profesional y en el camino hacia su inserción en el mundo laboral. Un centro que quiere transmitir, por encima de todo, ilusión renovadora.

Ahora bien, tengo muy claro que la formación musical bien estructurada no empieza por los estudios de grado superior y desde este punto de vista me alegra pensar que todos los que nos dedicamos a la enseñanza de la música, sea al nivel que sea, estamos en el mismo barco. Creo, por tanto, que la comunicación, la coordinación y la colaboración entre los diferentes grados tienen que ser fluidas y absolutas, tanto para establecer un enriquecedor intercambio de experiencias como en una discusión sobre contenidos y formas.

Quiero pensar, y así es en realidad, que el proyecto de la Escuela Superior de Música de Cataluña es abierto, está en constante evolución y que siempre estaremos muy atentos a los cambios que nuestra sociedad nos exija a fin de convertirnos para todos en un punto claro de referencia.

Gerard Claret es el director de la Escuela Superior de Música de Cataluña.