El plan de ajuste de Argentina desata una crisis en el Gobierno
El Ejecutivo aprueba un recorte del gasto de 370.000 millones de pesetas
Las medidas anunciadas por el Ejecutivo argentino para reducir su gasto público han desatado una auténtica crisis en la alianza gubernamental, que ayer se saldó con la dimisión del ministro del Interior, Federico Storani, y con los cuatro miembros del Ejecutivo pertenecientes al Frepaso, uno de los dos partidos que integra la alianza de poder. Las renuncias a sus cargos obedecen a las discrepancias de estos altos cargos con el recorte de unos 2.000 millones de dólares (372.000 millones de pesetas) de gasto público anunciado ayer por el nuevo ministro de Economía, Ricardo López Murphy. Los rumores sobre posibles dimisiones alcanzaron a otros ministros, como el de Educación.
Murphy acometerá una reforma que pretende aumentar los ingresos del Estados con la extensión del 22% de impuesto sobre el valor añadido (IVA) a los sectores que todavía no pagaban el gravamen. El temido ajuste rebaja los fondos presupuestados ya comprometidos para Educación, Seguridad Social o subsidios a provincias y afecta a toda la administración pública. El presidente Fernando de la Rúa está dispuesto a poner en marcha el programa a través de decretos de necesidad y urgencia si no logra apoyo en el Congreso, donde el Gobierno sólo cuenta hasta ahora con los diputados de la Unión Cívica Radical, la otra fuerza que integra, junto con el Frepaso, la alianza en el poder.
Desde la próxima semana el Gobierno suspenderá temporalmente 300.000 pensiones, pedirá el retiro voluntario a 10.000 empleados públicos, eliminará secretarías y subsecretarías, impondrá a todos los colectivos aún exentos el impuesto sobre la renta, liquidará empresas que pertenecen al Estado y completará el ajuste sobre el ajuste iniciado el pasado año, cuando se rebajaron un 12% los salarios y se aumentaron las tasas de los impuestos.
Advertencia del mercado
La tensión alcanzó su punto culminante a las ocho de la tarde, cuando el ministro López Murphy, un liberal ortodoxo de 42 años, comenzó su discurso. Para entonces ya se sabía que el índice promedio de las acciones líderes de la Bolsa había vuelto a bajar. Los operadores bursátiles traducían los números como una "advertencia del mercado" para que el ministro no cediera a las presiones políticas y llegara al hueso de la administración pública con el bisturí.
El periódico Clarín recogió la opinión del máximo responsable de uno de los 12 bancos más importantes de Argentina: "Esto es para que los políticos se den cuenta de quién manda. Y no somos los operadores, sino los inversores y el Fondo Monetario Internacional los que dicen que hay que bajar el gasto, y punto". Por su parte, los dirigentes de las centrales sindicales y de los gremios que representan a los maestros de todo el país permanecían reunidos para contestar de inmediato con "medidas de fuerza" al programa económico. La próxima semana se decidirá el tiempo de duración y la fecha de una huelga general.
El recorte implica una revisión del pacto fiscal que el Gobierno central había firmado el pasado diciembre con las provincias y por el que se congelaba el gasto hasta 2005. La reducción de los llamados Aportes del Tesoro Nacional supone en conjunto una rebaja de 1.000 millones de dólares.
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