Hollywood asume con impotencia y máxima expectación la temida huelga de actores

El contrato entre productores y escritores termina el próximo 1 de mayo, pero lo que realmente asusta a la industria es la posibilidad de que los 135.000 actores que representa el Screen Actors Guild se unan al parón a finales de junio, cuando acabe su actual acuerdo. Entonces empezará la guerra de verdad.

En juego están los llamados derechos residuales, lo que cobran los escritores por su trabajo después del estreno de la película o de la serie de televisión en la que han participado. Con Internet, las nuevas cadenas de cable y la creciente exportación de las producciones norteamericanas al extranjero, los estudios rentabilizan cada vez más sus productos. Los creativos también quieren su parte del pastel.

En estos momentos, las conversaciones están en punto muerto. Tras seis semanas negociando, las dos partes dejaron de hablarse a principios de este mes. Los escritores pedían un aumento de 112 millones de dólares (unos 20.000 millones de pesetas) para los próximos tres años, y los productores sólo estaban dispuestos a ofrecerles 30 millones (unos 5.300 millones de pesetas).

Se cruzaron acusaciones y se rozó el enfrentamiento verbal. Pero no todo está perdido. 'Esperamos volver a la mesa de negociaciones', dijo Jonh Wells, el presidente del sindicato de escritores, Writers Guild of America (WGA), que representa a 11.000 guionistas. 'La confidencialidad absoluta de las primeras conversaciones nos impidieron comunicar con el resto de los miembros, pero ahora que nos hemos tomado un respiro hemos podido hablar con la base e intercambiar ideas'.

'Por ahora, las diferencias son demasiado grandes', dijo Nick Counter, el jefe de los negociadores de la Alianza de Productores de Cine y Televisión. 'Pero en esta industria no hay divorcios'.

Hasta un hipotético resultado, Hollywood contiene la respiración. Y los efectos ya se están notando. 'Toda la actividad de la ciudad está empezando a ralentizarse', comentó hace unos días a The New York Times Amir Malinm, el presidente de la productora Artisan Entertainment. 'En estos momentos casi todos estamos a la espera'.

Se estima que la huelga le podría costar a California unos 2.000 millones de dólares (unos 358.000 millones de pesetas), y dejar en el paro a algo más de 250.000 personas.

El primer escenario de batalla será el verano. Si los escritores empiezan la huelga en mayo, los efectos no se sentirán hasta agosto, teniendo en cuenta el material que ya se ha acumulado. Pero si los actores se unen a ellos en julio, el parón se notará aún más.

A estas alturas es difícil saber quién resultará más afectado, si la televisión o el cine. Las principales cadenas tendrán que recurrir a los reality shows de turno, como Survivor o Quien quiere ser un millonario, para cubrir la parrilla de programas que se nutre esencialmente de series. Espacios tan populares como los Tonight Show, de David Letterman y Jay Leno sólo podrán emitirse si, como ocurrió durante la huelga anterior, los sindicatos dejan excepcionalmente que sus actores aparezcan.

'La huelga puede provocar auténticos dramas, hay personas que no pueden quedarse dos meses sin trabajar', dijo Bob Solomon, vicepresidente de la productora Liberty Live Wire. Es obvio que las estrellas no tendrán los mismos problemas para llegar a fin de mes que los electricistas o maquilladores con contratos por obra.

Los grandes nombres de Hollwywood han declarado que también se sumarán al parón. 'Este es un tema muy serio', dijo hace unos días Kevin Spacey, precupado por cómo puede quedar Hollywood tras un enfrentamiento. Otros se lo han tomado con más humor, como Kelsy Grammer (Frasier) que anunció su intención de montar un negocio de barcos en Florida.

Para cargar baterías, ambos bandos llevan desde finales de verano envueltos en un frenesí de producciones. En estos momentos, todo el mundo en Hollywood está pluriempleado, ahorrando para los tiempos que se avecinan. Las televisiones han mandado rodar episodios suplementarios de sus programas más conocidos. La producción total de series ha aumentado del 20%. Los grandes estudios han acelerado los rodajes para que empiecen antes de abril, la fecha tope para iniciar cualquier poyecto con la esperanza de terminarlo.