El Plan Hidrológico del PSOE anula el mercado del agua aprobado en 1999

El documento facilitado ayer por la secretaria de Medio Ambiente socialista, Cristina Narbona, descarta tanto el mercado del agua hoy vigente como el macrotrasvase de más de mil hectómetros cúbicos anuales del Ebro a Almería propuestos por el PP.

Desde el año 1993, cuando presentaron un proyecto de plan hidrológico basado en la interconexión de las cuencas peninsulares, hasta hoy, los socialistas han dado un giro de 180º grados en su concepción del agua. Si hace ocho años consideraban necesarios los trasvases para resolver las crisis hídricas, ahora disponen de soluciones alternativas a esas conexiones. El cambio obedece, según Narbona, a que 'el PSOE mira hacia delante, tiene en cuenta los cambios tecnológicos e incorpora nuevos conceptos de la cultura del agua, mientras el PP sólo mira hacia atrás'.

- Territorio y agua. La planificación hidrológica no puede desligarse del territorio ni de la concertación institucional. El Gobierno debe presentar en paralelo al plan hidrológico un Plan Nacional de Regadíos (como exigió el PP en su día), un Plan Forestal, de Infraestructuras y la estrategia nacional de lucha contra el cambio climático.

- Protagonismo autonómico. Los socialistas no consideran idónea ni representativa la composición del Consejo Nacional del Agua, donde se aprueban los planes hidrológicos. El organismo apropiado para esa función debe ser una Conferencia Sectorial de Política del Agua, que concierte los programas de actuación del Plan Hidrológico, las reformas de los organismos que gestionan el agua (consejo, confederaciones hidrográficas) y propuestas de trasvases.

- Zonas deficitarias. Las zonas con déficit de agua deberán elaborar planes especiales de gestión de sus escasos recursos y estarán obligadas a dotarse de bancos públicos de agua. Para corregir las crisis se podrá suspender la cesión de nuevos derechos al uso del agua. La aprobación de trasvases podrá realizarse mediante Decreto-Ley, previa declaración favorable de impacto ambiental.

- Medidas de urgencia. Como alternativa al macrotrasvase del Ebro, el PSOE propone actuaciones para remediar la falta de agua en las zonas deficitarias en un plazo de cinco años. Además de los bancos públicos para reasignar usos establecidos, estima los volúmenes que pueden obtenerse de reutilizar aguas residuales y la proporcionada por desaladoras (ver gráfico). Así se obtendrán 310 hectómetros cúbicos ahorrados por la modernización de regadíos, 265 de aguas depuradas y 404 procedentes de la desalación de agua marina o salobre.

- Recuperación de costes. En línea con la Directiva Marco del Agua, el PSOE apuesta por la repercusión en las tarifas de los costes derivados de almacenar, distribuir y depurar el agua, ya sea para uso urbano o agrícola. A más tardar, propone que en el plazo de dos años tras la aprobación de la ley se apliquen tarifas en función del volumen de agua consumido y no el de la superficie a regar, como es costumbre en la mayoría de los regadíos, salvo los que se abastecen del acueducto Tajo-Segura.

- Bancos públicos del agua. Aunque su existencia está reconocida en la reforma de la Ley de Aguas, el PSOE reconoce legitimidad a las autonomías y ayuntamientos para que compren, 'temporal o por tiempo indefinido', derechos de uso de agua para 'venderlos a un precio atractivo' a otros usuarios. Los bancos se dotarán con agua cedida o de recursos procedentes de concesiones que se hayan extinguido.