'Tenemos terapias suficientes para evitar sufrir'

El dolor no es sólo un síntoma, sino que con frecuencia también es una enfermedad, y el tratamiento inadecuado puede originar, además de sufrimiento en el paciente, un elevado coste económico. Sin embargo, falta sensibilidad incluso entre los médicos sobre lo que representa el dolor, por insuficiente formación académica y profesional del personal sanitario. Ése será uno de los focos en los que se va a centrar la primera cátedra del dolor que se ha creado en España, a raíz del convenio establecido entre la Universidad de Salamanca y la Fundación Grünenthal.

La cátedra surge para llenar el vacío de formación, tanto de médicos de atención primaria como de especialistas, en el diagnóstico y tratamiento del dolor, ya que 'la falta de planificación en esta enseñanza ha provocado una aplicación inadecuada de los conocimientos y terapias disponibles', señala el titular de la cátedra, Clemente Muriel Villoria. El catedrático de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica de la Universidad de Salamanca precisa que 'poseemos suficientes datos científicos y una variedad de modalidades terapéuticas que, si son bien aplicadas, resultan efectivas para calmar el dolor, para evitar sufrir'.

Clemente Muriel explica que, a partir de ahora, la cátedra del dolor de la que es titular trabajará tanto en investigación como en la formación académica, 'en la que por primera vez se hablará del dolor como enfermedad'.

Un análisis del contenido de los libros de texto recomendados a los estudiantes de Medicina en la Universidad de Salamanca permite advertir que, como en el resto de las universidades, sólo el 0,8% de los contenidos trata sobre problemas del dolor. 'Y no figura en ninguno de estos textos un planteamiento que diferencie el dolor agudo del crónico, ni se alude al concepto de dolor como enfermedad', añade.

Tres categorías

El dolor deja de ser síntoma para convertirse en enfermedad 'cuando se trata de una situación crónica, cuando se abre un proceso evolutivo en el que lo más importante que afecta al paciente es el dolor, aunque ese paciente padezca otra enfermedad terminal, como puede ser un cáncer', concreta Muriel. Los expertos han establecido tres categorías de dolor: oncológico, neuropático y ostamentoso.

Hoy, entre las causas más frecuentes de dolor figuran, entre las personas jóvenes, las secuelas de algún accidente, y entre los mayores, los procesos degenerativos, además de los oncológicos. En el caso de las personas mayores, el dolor es lo que más puede mermar su calidad de vida.

'Los dolores originan situaciones muy complejas', al igual que complejo es acertar con los fármacos adecuados para cortarlo o aliviarlo, indica Muriel, para quien 'el diagnóstico y tratamiento no es potestativo de un solo colectivo, sino que implica a muchos especialistas'.

Una de las tareas que desarrollará la cátedra de Salamanca será la de convocar reuniones periódicas de una veintena de expertos de diferentes procedencias y con prismas distintos para elaborar documentos que, a modo de protocolos de consenso, establezcan criterios para abordar el dolor. La cátedra de Salamanca 'busca el máximo nivel de actuación, tanto en docencia como en investigación', añade.

En 2001 han comenzado distintas actividades, cuyo eje fundamental reside en promover estudios e investigación avanzada en el diagnóstico y tratamiento del dolor, con cuatro ámbitos: docencia, documental y teleformación, debate, e investigación. La elaboración de planes formativos, el impulso de cursos de posgrado, conferencias y actividades, así como la contratación de profesores visitantes, figuran entre los proyectos de arranque, según ha destacado el director de la cátedra, que considera 'fundamental' generar sensibilidad médica y social ante el dolor.

En 1996, las universidades Complutense de Madrid, de Cádiz y de Salamanca dieron un paso adelante en el intento de superar las carencias en torno al dolor con la creación de las primeras cátedras de Anestesiología y Reanimación, pero Muriel puntualiza que se trató de una iniciativa insuficiente.

La cátedra extraordinaria del dolor surge ahora como 'un planteamiento racional de resolución del problema'. En el plano internacional funcionan cátedras similares, pero el catedrático salmantino subraya que 'ésta es pionera en tratar el dolor como enfermedad'.