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Sirven, ex 'número dos' de Elf, amenaza a la clase política francesa

El reo declaró por escrito ante el juez antes de reanudarse el proceso

A una semana de que se reanude el proceso contra Sirven, el ex ministro Roland Dumas y su antigua amante, el antiguo directivo de Elf calienta el ambiente prejudicial al afirmar lo siguiente: 'Se me aseguró que yo podría permanecer en el extranjero sin riesgo particular en relación con las órdenes de arresto'.

En ningún momento, Sirven identifica a la persona o personas que le dieron tales consejos, pero contrapone las supuestas garantías recibidas a las presiones más recientes de autoridades judiciales y políticas francesas, que han exigido 'ruidosamente' su vuelta inmediata. Sirven refuerza, de paso, las sospechas que pesan sobre el ex ministro de Exteriores Roland Dumas, al afirmar que el juicio contra este último y contra su antigua amante, Christine Deviers-Joncours, no puede separarse del intento de estafa a Elf que se produjo con motivo de la venta de seis fragatas militares francesas a Taiwan. 'Me van a pedir explicaciones', dijo Sirven, 'sobre los flujos financieros que tienen una relación estrecha' con el asunto de la venta a Taiwan de las fragatas de Thomson, que se encuentra aún en fase de instrucción. El ex número dos de Elf dijo tener la impresión de que 'todo ocurre, en este asunto de Estado, como si se hubiera privilegiado a ciertos protagonistas y se hubiera centrado en otros. No puedo hacerme cómplice de esos artificios'. Esta declaración fue entregada el jueves pasado al juez Renaud van Ruymbeke, según la información publicada ayer por Le Monde. Los tres magistrados instructores que intervienen en el caso Elf tienen abiertos múltiples sumarios que afectan a Alfred Sirven, instruidos separadamente del único de ellos que hasta ahora ha llegado a juicio.

Sirven, que fue número dos del grupo petrolero Elf-Aquitaine hasta 1993 y a quien se atribuye ser el cerebro de una gigantesca desviación de fondos de una empresa pública, vivía en Suiza en junio de 1997, cuando se dictó la primera orden francesa de arresto contra él. Otro mandato posterior se produjo en marzo de 1998, aunque circunscrito a Suiza y los países europeos vinculados al Acuerdo de Schengen, una vez que el fugitivo se había marchado ya a Filipinas. Hasta enero de 1999 no se extendió esa orden a todo el mundo. Tales retrasos dieron origen a múltiples especulaciones sobre el escaso entusiasmo del Estado para lograr la captura de Sirven, ahora alimentadas otra vez por el propio ex directivo de Elf.

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