'Madrid está enferma y llena de contradicciones'
Luis Martínez de Mingo (Logroño, 1948) mira por un solo ojo. El derecho se lo 'averió' de un balonazo uno de sus alumnos de instituto en un partido durante el recreo. El ojo izquierdo lo mueve al doble de velocidad de lo normal. Martínez de Mingo apenas le da importancia y lo asume como un accidente de la vida. Y él es de los que piensan que quien no sufre en la vida, ya sea un mal de amores, una lesión o un improperio, es como el que está muerto.
Hombre inquieto, ha trabajado como gasolinero, promotor inmobiliario, periodista, actor de doblaje en películas,... Ha sido ciclista semiprofesional, ha vivido en París, Marruecos, Madrid. Ahora es novelista y profesor de literatura en el instituto Giner de Los Ríos, de Alcobendas. Martínez de Mingo afirma que los escritores deben trabajar sobre una base empírica que les permita expresar, con el máximo detalle y rigor, los sentimientos.
El 27 de febrero presentó en el Círculo de Bellas Artes su última novela, El perro de Dostoievski (Muchnik Editores), flanqueado por los escritores José Manuel Caballero Bonald y José María Merino. El protagonista de la novela es un mendigo que pide limosna en el interior de la estación de metro de Banco de España.
Pregunta. ¿Por qué eligió esa estación como epicentro de su novela?
Respuesta. Porque buscaba la paradoja. El protagonista es un hombre de provincias que viene a Madrid sin un duro y, sin embargo, duerme pared con pared con la reserva monetaria del banco central.
P. ¿Es mendigo y escritor?
R. Es un trotamundos con un pasado de vértigo. Estuvo casado, fue infiel a su mujer, se dio al alcoholismo, se lió con una lolita que le hizo perder la cabeza, fue ludópata; en fin, un cóctel de escándalo. Lleva una vida de pasión. Y de letras, porque lee mucho. Él cree que tiene talento y decide que quiere escribir.
P. ¿De dónde ha sacado el título de la novela?
R. El mendigo se obsesiona con la literatura de Dostoievski porque fue un hombre que también vivió mucho: pasó cinco años en un campo de concentración en Siberia, estuvo condenado a muerte, vivió enamoramientos tortuosos, desde el punto de vista psicológico, con mujeres adolescentes, y cayó en el alcoholismo.
P. ¿Por qué entonces El perro de Dostoievski?
R. Porque todo gran literato ha tenido su perro, entendiendo por perro un seguidor devoto, casi alocado por la obra del maestro.
P. ¿Qué narra su novela?
R. Es una crónica del frío, de la vida de los mendigos en Madrid. De las penas que sufren y de sus alegrías.
P. ¿Y qué saca en claro?
R. Pues que Madrid es una ciudad enferma, llena de contradicciones y violencia, en la que el ciudadano puede vivir asomado al abismo o escondido en la multitud. Eso sí, yo prefiero aquella persona que arriesga a la que vive en una butaca.
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