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Reportaje:

El precio de la solidaridad

Los macroconciertos, una fórmula de recaudar dinero para causas benéficas, generan a veces más gastos que beneficios

El Salvador, Chiapas, la inmigración, el 0,7%, los Balcanes, la hambruna etíope, las inundaciones de Mozambique, el paso del estrecho de Gibraltar en pateras, la larga espera de los saharauis por su referéndum o el huracán Mitch, entre otros muchos asuntos, pueden dar motivo para organizar conciertos solidarios. El Salvador y sus recientes terremotos constituyen una de las últimas razones por las que se han organizado en Madrid conciertos solidarios cuyos beneficios irían a ese país hispanoamericano. El último se iba a celebrar mañana en el Palacio de Deportes con artistas vinculados al mundo flamenco. Un cartel de lujo que iba a concentrar en una sola noche a José El Francés, La Barbería del Sur, Sara Varas, Clara Montes, Camela, Arcángel, Martirio, Pepe Carmona, Rafael Amargo, Lolita y Rosario, entre otros, y cuyos beneficios ingresarían en las arcas de la ONG Ayuda en Acción para los proyectos de reconstrucción del departamento de Usulután, una de las zonas más afectadas por los movimientos de tierra en el país centroamericano.

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Wanadoo, uno de los portales de Internet más célebres por sus sonadas campañas publicitarias, era la empresa patrocinadora del concierto, y, en este caso, corría, además, con su organización. Pero, en vista de la escasa repercusión que en la venta anticipada había tenido el concierto, el portal decidió suspenderlo el pasado jueves para no generar más gastos.

Hasta aquí, ésta es una historia que se ha repetido en otras ocasiones, con otras causas y otros patrocinadores, pero que, sin embargo, conduce a la reflexión cuando Wanadoo comunica al mismo tiempo la suspensión del acto y su intención de donar a Ayuda en Acción los 20 millones de pesetas que se pensaban recaudar en taquilla si el concierto se hubiera celebrado con éxito (8.000 personas a 2.500 pesetas la entrada).

Echando cuentas, la celebración de un concierto solidario, aunque los artistas prescindan de cobrar sus honorarios, genera una cifra considerable de gastos. Sobre todo si se ha de celebrar en un gran recinto.

Cuando se utiliza el Palacio de Deportes -como iba a ser el caso del día 27- para un concierto de estas características, su propietario, la Comunidad de Madrid, lo cede de manera gratuita. No cobra el alquiler, pero los gastos que su utilización genera (uso de servicios, personal, seguridad, desmontaje y montaje de tribunas y parte del velódromo para colocar el escenario, transformación de vestuarios en camerinos, seguridad, luz, agua, calefacción...) suelen correr a cargo de los organizadores.

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Además, como reconoce Francisco Fernández, responsable de eventos de Ayuda en Acción, 'los artistas acuden gratis, pero eso no significa que no generen gastos'. En estos gastos pueden entrar sus técnicos, los músicos acompañantes o incluso el coste de los viajes y estancia si algunos de los participantes tienen que desplazarse desde otros lugares. A todo ello hay que añadir el alquiler de equipos de sonido y luz para que un recinto tan amplio suene lo mejor posible, amen de las campañas previas de publicidad y comunicación para que el acto se celebre con el mayor éxito posible.

El llamado marketing con causa palia alguno de esos enormes gastos. Con él, muchas empresas añaden dosis de bondad y solidaridad a su imagen, y las ONG las utilizan para ayudarse en sus causas solidarias. 'La gente actúa de una manera más generosa de lo que se piensa', asegura Francisco Fernández, 'está claro que el marketing con causa es un valor en alza'.

Qué se hace con el dinero que se recauda cuando todo sale bien, es otra de las dudas que siempre se han apuntado. Francisco Fernández asegura que Ayuda en Acción presenta siempre sobre cada acto que hace amplia documentación contable de adónde va cada una de las pesetas recaudadas. 'En esa zona de El Salvador', añade, 'trabajamos desde mucho antes de los últimos terremotos, pero ahora las necesidades se han hecho más urgentes. Necesitamos aún muchas más aportaciones'.

Javier Esteban, de la sala Honky Tonk, explica: 'Hace un par de semanas recaudamos cerca de un millón de pesetas, que donamos a Cruz Roja, destinadas al El Salvador. Cruz Roja nos dio un diploma certificándolo con su correspondiente agradecimiento. Y nosotros no dudamos de que Cruz Roja sabrá qué hacer con ellas'. El acontecimiento era de características diferentes al que pensaba celebrar mañana Ayuda en Acción. En el Honky se reunieron una noche, entre otros, Mercedes Ferrer, David Broza, Manolo Tena, Álvaro Urquijo o M-Clan con El Salvador como excusa. Nadie cobraba, y la publicidad, además, se hizo boca a boca. 'Dimos a Cruz Roja el total de la taquilla de esa noche (1.500 pesetas por persona), pero cobramos las copas dentro. Con lo que sacamos nosotros de ello, pagamos la comida y bebida de los artistas'.

Algo parecido sucedió el mismo día en Suristán, y también con El Salvador de fondo, donde un cartel flamenco menos conocido, con Pedro Sanz, Elena Andújar o Merenguito, consiguió cerca de medio millón de pesetas para la ACSUR Las Segovias, una pequeña ONG que coopera con los países del sur mundial (de ahí su nombre), especialmente los latinoamericanos.

Presentación del concierto Solidarios en el Estrecho, organizado por la cadena SER, el pasado 4 de diciembre.
Presentación del concierto Solidarios en el Estrecho, organizado por la cadena SER, el pasado 4 de diciembre.LUIS MAGÁN

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