Turquía asusta a los mercados internacionales al devaluarse su moneda hasta un 36% tras abandonar el Gobierno el cambio fijo
No pasó de ser un susto, pero a la mente de analistas e inversores llegó esta semana como un fantasma la crisis que la devaluación del baht tailandés en 1997 provocó en toda Asia y que arrastró a Occidente. El enfrentamiento político entre el presidente de Turquía, Ahmet Necdet Sezer, y su primer ministro Bulen Ecevit, ha terminado con el tipo de cambio fijo adoptado por el Gobierno para la lira turca, que, fluctuando libremente, ha llegado a devaluarse hasta un 36%. Mediante el cambio fijo, el Gobierno intentaba luchar contra la inflación. Pero los resortes terminaron por saltar. El miércoles la bolsa se desplomó, el Gobierno dejó fluctuar libremente la moneda y los ciudadanos se apresuraron a cambiarla apresuradamente, mientras se desplomaba. Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Tesoro de Estados Unidos se aprestaron a anunciar medidas de apoyo a Turquía y la situación económica mejoró a lo largo de la semana, mientras siguió la marejada política.
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