El delegado de la Zona Franca de Cádiz dimite tras las denuncias de irregularidades en su gestión
Rodríguez de Castro, de 36 años, compareció antes del pleno del Consorcio de la Zona Franca de Cádiz, dependiente del Ministerio de Hacienda, solo y con un comunicado de cinco folios al que dio lectura. No admitió preguntas ni dio explicaciones a las distintas cuestiones que se han planteado sobre su gestión. Al contrario, atribuyó su dimisión al agotamiento de su 'capacidad de sufrimiento y de aguante' ante la 'terrible campaña' de la que dice haber sido objeto.
'Hoy me siento solidario con mi compañero de partido Matías Conde, porque estoy sufriendo la misma persecución personal y política que él ha pasado durante la última semana', dijo.
El delegado de Zona Franca afirmó: 'He sufrido una terrible campaña contra mi persona y mi familia, que ha incluido visitas nocturnas a mis padres en su domicilio particular , interrogatorios a familiares y amigos, seguimientos a mi persona, robos de documentos personales, filtraciones de expedientes e información interna de la Zona Franca (...), ruidos e interrupciones en mis comunicaciones, mensajes mafiosos haciéndome llegar a mi persona que iban a acabar conmigo, y todo tipo de amenazas telefónicas a mi familia'. Esos son los motivos que provocan su marcha, según dijo.
El pasado viernes, la presidenta del PP andaluz y a la vez del Consorcio fiscal, Teófila Martínez, también denunció que su familia ha sido investigada 'por personas interpuestas del PSOE'.
Defensa
Rodríguez de Castro hizo una encendida defensa de su gestión y se atribuyó la recuperación económica del recinto fiscal -que ha pasado de unas pérdidas de 191 millones en 1996 a un beneficio de 62 millones en este ejercicio- y el incremento en el número de empleados, que ha pasado de 500 a 2.800, según los datos que aportó. 'Podemos afirmar que el Consorcio de la Zona Franca es el principal motor económico de esta ciudad, y una de las principales empresas de Andalucía, con un importante potencial internacional, cuyos frutos permiten al día de hoy haber superado el negro pasado', añadió.
En su marcha, Rodríguez de Castro deja un cúmulo de incógnitas por despejar. No ha ofrecido explicaciones sobre los 220 millones de pesetas que gastó en viajes, almuerzos, regalos y partidas relacionadas con el protocolo en los últimos cuatro años, unos 170 millones de pesetas más de lo previsto, según los informes internos de control presupuestario. Aunque el propio Gobierno ha confirmado oficialmente ese dato, el delegado insistió en que es 'mentira'.
Tampoco ha explicado si, como denunció el PSOE, ha gestionado alguna de sus empresas privadas desde su despacho público ni por qué constan en los asientos contables del organismo público el pago de dos auditorías privadas.
Rodríguez de Castro, que participa en cinco empresas privadas -algunas de las cuales tiene por objeto social alguna actividad coincidente con las de la Zona Franca-, avanzó ayer que el Ministerio de Administraciones Públicas dictaminará que no ha incurrido en incompatibilidad.
Una de las firmas, Netharssis, está registrada en la misma oficina de apoyo a la Zona Franca en Madrid, regentada por una empresa privada que ha recibido 23 millones de pesetas por su asesoramiento en los últimos años.
Otra de las preguntas sin respuesta es el detalle del gasto de las tarjetas de crédito de uso personal del delegado, que superan los 20 millones de pesetas.
En su despedida, Rodríguez de Castro volvió a culpar a su predecesor, Daniel Vázquez (PSOE), de haber 'engañado' a la auditora y a la Hacienda Pública ocultando los sobresueldos pagados en el mandato del delegado anterior, Juvencio Maeztu (PSOE), ya fallecido. 'Demostraremos que hay que añadir cientos de millones de pesetas en adjudicaciones irregulares a personas afines al PSOE', dijo.
