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Columna
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Política posnormal

En su libro The Pasteurization of France Bruno Latour analiza certeramente el sueño fundacional de la ciencia moderna, que no es otro que la progresiva e imparable extensión del laboratorio a toda la naturaleza. En efecto, el laboratorio es el símbolo por excelencia de la ciencia moderna. En el laboratorio la naturaleza, o al menos una porción de esta, es definitivamente sometida al control humano. De este modo, la incertidumbre se elimina al tiempo que se desarrolla la capacidad de reproducir o modificar la naturaleza. En las condiciones del laboratorio la naturaleza se somete al hombre. De ahí a pensar en la posibilidad de extender estas condiciones al conjunto de la naturaleza hay sólo un paso. Convertir la naturaleza toda en un inmenso laboratorio, tal fue el sueño de la ciencia moderna. Aliada objetiva de la Ilustración filosófica y política, también la ciencia ha pretendido superar definitivamente ese 'estado de naturaleza' que era visto como la antítesis de la auténtica condición humana. Pero esta pretensión de control, cuanto menos de control absoluto, se ha mostrado inútil. No sólo no es posible transformar la naturaleza en laboratorio sino que el laboratorio se ha visto invadido por la naturaleza. En la actualidad, la actividad científica está muy lejos del sueño normalizador ejemplificado por Pasteur. En cuanto actividad humana, la ciencia no puede escapar del destino jánico de todo lo que los seres humanos hacemos y también la actividad científica se ve sometida a la incertidumbre y al riesgo (El Roto decía hace poco en una de sus viñetas que en los próximos cien años la ciencia tendrá que empeñarse en resolver los problemas que ha creado en los cien años precedentes). Lo que está ocurriendo con el denominado mal de las vacas locas es un ejemplo de esta ambigüedad: se ha estabulado el ganado sacándolo del campo abierto, tratado con vitaminas, su cría y engorde ha sido milimétricamente controlado y ahora...

En estas condiciones un grupo de científicos procedentes de las más variadas disciplinas (epidemiología, matemáticas, ecología, economía, cibernética) ha propuesto una nueva perspectiva epistemológica a la que denominan ciencia posnormal. Entre sus características definitorias destacan las siguientes: a) la aceptación de la incertidumbre como un elemento constitutivo de toda realidad compleja y la consiguiente imposibilidad de eliminar el riesgo asociado a toda intervención humana sobre la realidad; b) la aplicación del principio de precaución, que nos anima a actuar a pesar de la incertidumbre y la complejidad; c) el abandono de nuestra confianza ciega en la técnica y la exigencia de someter las intervenciones técnicas a evaluaciones también éticas y políticas; d) la necesidad, por tanto, de constituir y consolidar una 'comunidad extendida de evaluadores' que haga posible el diálogo interactivo y creativo entre todas aquellas personas -científicos, políticos, ciudadanos- que ponen algo en juego en una situación dada.

La semana pasada me decía un compañero que, en su opinión, la situación social y política vasca deja poco espacio para el ensayo y la interpretación. Los análisis, me decía, están claros. Análisis que nos muestran que entre Euskadi y Navarra hay muchas más relaciones de las que le gustaría a UPN pero algunas menos de las que desea el nacionalismo vasco. O que la violencia es un cerdo al que todo alimenta, ya sea represión o diálogo, por lo que es imprescindible desvincular categóricamente violencia y política. O el socorrido tema de la pluralidad y la estabilidad electoral de fondo. En estas condiciones, decía mi amigo, lo que hace falta es encontrar los equilibrios que nos permitan actuar. El problema, respondía yo, es que todos los equilibrios que se buscan tienen como objetivo inconfesado huir de la realidad. Todos soñamos con la pasteurización de Euskadi. Y nos aplicamos por ello cada día a experimentar en nuestros laboratorios nuevas técnicas que nos permitan someter la naturaleza. Tal vez, por eso, si fuésemos capaces de desarrollar algo así como una política posnormal...

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