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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

De Atocha, Embajadores y Lavapiés

Soy vecino de la zona Atocha- Embajadores-Lavapiés desde hace muchos años. Hace unas semanas fue derrumbado el complejo de edificios del teatro Olimpia que estaba bajo la custodia de la Comunidad de Madrid o del Ministerio de Cultura, si no me equivoco.

El solar está rodeado de vallas de aluminio que se encuentran parcialmente derrumbadas, lo que permite el acceso al terreno. En general, el aspecto del solar y de la protección es de una cutrez tercermundista: suciedad por todas partes, montones de basura que los vecinos salvajes / guarros depositan allí... El solar no se ha limpiado hasta ahora.

Creo que el terreno del antiguo teatro Olimpia es de nuevo un triste ejemplo de la falta de rigor en la aplicación de las leyes y reglamentos urbanos que tiene Madrid, como cualquier ciudad moderna europea, pero con la diferencia de que aquí existen pero no se aplican con el rigor suficiente, dando así paso a una continua degeneración del ambiente urbano y la consiguiente degradación de la calidad de vida de los ciudadanos.

Pongo como otro ejemplo la espectacular y notable suciedad de nuestras calles y zonas comunes, provocada por el incontrolado y no multado vandalismo vecinal y la ejecución de obras públicas y privadas sin ningún control de calidad ni obligación de realizar la limpieza diaria oportuna. Especialmente grave es la acumulación de basura y escombros en contenedores de obra rebosados. Reconozco, y agradezco enormemente, que se está haciendo un gran esfuerzo por parte del Departamento de Limpieza Urbana, pero éste sólo tendrá éxito si cambian las formas de actuar de gente y empresas -responsables habituales de tanta suciedad- y si se empieza a actuar con contundencia en contra de los infractores.

Asimismo, las aceras y plazas de mi barrio (tanto la parte reformada recientemente como la antigua) están llenas de baches, arena, barro, basura y excrementos de todo tipo, y me pregunto: ¿Para qué han servido o servirán las obras financiadas con fondos de la Comunidad Europea cuando después de poco tiempo el aspecto es otra vez más que lamentable?

También resalta la ineficacia en la aplicación de las leyes y normas urbanas en cuanto a coches abandonados, que empiezan a aparecer otra vez en abundancia por el barrio, muchas veces ocupados por drogadictos o indigentes, entre focos de suciedad y con un aspecto desolador. La retirada de los vehículos es demasiado lenta, y algunos, a pesar de tener la pegatina verde y de haber sido denunciados por continuas llamadas de los vecinos al 010, ni se retiran. Todavía no puedo comprender que un propietario de un coche, fácilmente localizable por la matrícula, pueda dejarlo simplemente abandonado en alguna calle de Madrid, sin ser multado y obligado a llevarlo a un desguace de coches por su propia cuenta.

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Otro aspecto es la inseguridad ciudadana, asunto muy conflictivo en los últimos meses debido a los continuos atracos por parte de bandas de delincuentes. Yo, personalmente, me esperaba alguna mejora por la puesta en marcha de las patrullas de Policía de Barrio, pero, pese a mi esfuerzo personal, todavía no he conseguido ver ninguna por mis calles. Excepto la vigilancia esporádica en la plaza de Lavapiés por parte del Cuerpo Nacional de Policía.-

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