Cuba culpa a Argentina de la actual crisis de relaciones
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, responsabilizó ayer a su homólogo argentino, Adalberto Rodríguez Giavarini, de la actual crisis diplomática bilateral y ratificó las últimas declaraciones de su embajador en Buenos Aires, Alejandro González, quien acusó a Giavarini de ser el artífice de una 'nueva traición al pueblo cubano' y de servir a los intereses de Estados Unidos en sus 'políticas de agresión a Cuba'. Pérez Roque afirmó que Cuba no retirará a González de Buenos Aires pese a la decisión de Giavarini de llamar a consultas por tiempo indefinido a su embajador en La Habana, Oscar Torres Avalos. 'Nuestro embajador tiene instrucciones de permanecer allí y seguir trabajando', dijo Pérez Roque.
La crisis cubano-argentina comenzó el fin de semana pasado, cuando Fidel Castro pronunció un polémico discurso durante un congreso internacional de economistas en el que calificó de 'vergonzoso' que el Gobierno argentino votara, el año pasado, en favor de una resolución de condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Tras advertir sobre la posibilidad de que Argentina vote este año de la misma manera, el presidente cubano consideró esa actitud como una alineación del Gobierno de Buenos Aires con Estados Unidos por la crisis financiera, que le llevó a precisar de una asistencia de casi 40.000 millones de dólares (unos 7,5 billones de pesetas). 'Ahora (Argentina) necesita casi 40.000 millones más. Eso es lamer la bota de los yanquis', destacó, según la transcripción de su discurso que hizo el martes el diario cubano Granma.
Las declaraciones de Castro provocaron la respuesta de Giavarini desde Estados Unidos, donde se encontraba de gira. El canciller ordenó a Torres Avalos regresar a Buenos Aires y también dispuso suspender una misión comercial que iba a viajar este mes a la isla.
El conflicto siguió en aumento con la nota formal de protesta que el Gobierno de Argentina presentó el pasado martes exigiendo las debidas explicaciones por las polémicas afirmaciones de Castro, la cual fue rechazada por el Gobierno de Cuba por considerarla 'inaceptable' y contener 'amenazas'. Pero la nota cubana de rechazo no fue aceptada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina por entender que era 'agraviante e injuriosa'.
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