Telefónica pide al Gobierno menos intervención y más estabilidad legal

La jornada de ayer fue un claro exponente de los nuevos aires que corren por Telefónica. Desde que César Alierta llegó a la presidencia de la operadora el pasado julio, una de sus prioridades ha sido recomponer las relaciones con el Gobierno, los reguladores y otras instituciones, prácticamente rotas tras el paso de Juan Villalonga por la compañía. Diputados, analistas y antiguos directivos -el ex presidente de Telefónica Luis Solana jugó un papel destacado- abarrotaron el salón de Columnas del Congreso y los directivos de Telefónica irradiaban satisfacción.

En ese ambiente, Julio Linares, presidente de la filial de telefonía fija, afirmó que se han hecho importantes progresos para introducir competencia, pero no se han cumplido otras obligaciones. Subrayó la necesidad de que el Gobierno apruebe el 'reequilibrio de tarifas' que demanda Telefónica porque 'si no se hace, las inversiones [que cifró en 300.000 millones anuales] no se pueden rentabilizar'.

Linares dijo que España está retrasada respecto a Europa en la construcción de la llamada sociedad de la información porque carece de infraestructuras de banda ancha y se comprometió a invertir 500.000 millones de pesetas en cinco años para igualar la media europea en cuanto a capacidad de la red. 'Para que se invierta necesitamos un marco estable', afirmó. Añadió que la red actual no podrá satisfacer las necesidades de los usuarios en 2004. Ignacio Aller, consejero delegado de Telefónica Móviles, subrayó que 'el milagro de los móviles ha sido posible gracias al marco regulatorio no intervencionista en el que se han desarrollado hasta el tercer trimestre de 2000'. Fue entonces cuando el Gobierno fijó la tasa por espectro a las operadoras, que Telefónica estudia recurrir, y anunció la dos nuevas licencias de móvil.