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Gil-Robles escucha 'cosas muy duras' en su primera jornada de visita a Euskadi

Alvaro Gil-Robles abandonó el hotel Carlton exactamente a las 16.20 junto a su comitiva, tras mantener, desde las ocho y media de la mañana, una serie de entrevistas que cerró el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el rector de la Universidad vasca, Manuel Montero. Tras ellas reconoció sentirse 'bastante afectado por las cosas muy tristes, muy duras y muy difíciles que he escuchado'. El dirigente peneuvista le trasladó un mensaje nítido, el mismo que ya apuntara a los máximos responsables de la UE en la última cumbre europea celebrada en octubre en Biarritz: la necesidad de que la Unión Europea se implique e intervenga en la resolución del conflicto vasco. Ayer pidió expresamente a la UE que se 'preocupe' por un problema con 'cierta dimensión comunitaria'. 'No pido pronunciamientos', precisó, y reiteró que la vulneración de derechos humanos por parte de ETA 'tiene un origen político y hay que abordarlo no sólo policialmente, sino también políticamente', algo, que 'el Gobierno no acepta'.

Fue la entrevista más larga de las mantenidas ayer. Le siguió la también extensa conversación con los representantes del sindicato policial independiente Erne, mayoritario en la Ertzaintza, Iñaki Castro y Teo Santos. Durante más de hora y cuarto, ambos desgranaron la situación que vive ahora la Ertzaintza, 'cuerpo que dedica casi el 100% de los efectivos de seguridad ciudadana, salvo incidencias, a la protección de personas amenazadas y que además tiene más de 500 agentes realizando exclusivamente tareas de escolta a cargos y políticos amenazados', según los datos aportados por Erne a Gil-Robles. Le indicaron, además, que la relación policía-habitante en Euskadi es altísimo. 'Frente a la media europea de 3,6 por mil habitantes, estamos en un 7,2, sin contar las policías españolas y la creciente seguridad privada', cifró Castro.

Violencia en Getxo

Los representantes sindicales no encontraron en el comisario europeo de Derechos Humanos un mero amanuense. 'Venía con la lección bien aprendida, aunque sin prejuicios. Nos ha preguntado cosas muy concretas sobre la situación en Getxo [el municipio más afectados por la violencia callejera y los coches bombas de ETA], sobre mandos concretos de la policía como Iñaki Muneta destituido en verano como máximo jefe operativo de la Ertzaintza] o sobre el hecho de que alguno de los mandos del Departamento de Interior como Natxo Ormaetxe haya defendido a hijos de familias nacionalistas detenidos por causas de violencia callejera. 'Él ha sacado todos estos nombres', dijo Castro. Erne confirmó al comisario de Derechos Humanos que 'hay una desprotección absoluta, que no se investigan temas de terrorismo y que las detenciones que se producen son fruto, casi siempre, de casualidades policiales'.

Gil-Robles mostró mucho interés en todos estos datos e incluso pidió permiso para ponerlos hoy en Vitoria encima de la mesa en la entrevista que mantendrá, por separado, con el consejero de Interior, Javier Balza, y con el lehendakari, Juan José Ibarretxe. Además, instó a Erne a que le remita el soporte documental que posea sobre dichas aseveraciones. Erne pidió cuanto antes una 'reforma de la seguridad pública vasca'.

'Jauría de fascistas'

Fue esta la parte que más le interesó, según sus palabras, de la sesión matutina, aunque no la que más le afectó. No quiso restar importancia al discurso transmitido por las asociaciones cívicas o pacifistas, aunque es una realidad más conocida porque llena las páginas de los periódicos casi todos los días. Y agradeció escuchar de boca del presidente del Foro Ermua, Vidal de Nicolás, que los no nacionalistas viven acosados diariamente por una 'jauría de fascistas', 'único caso en Europa donde la oposición tiene que ir acompañada por agentes de protección'. O que la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite), Teresa Díaz Bada, y cuatro integrantes de este grupo, le trasladara su petición de que haya una 'memoria permanente de las víctimas y su familiares que ahora no recibimos del Gobierno vasco'.

En otro tono, aunque expresamente duros en la denuncia del terrorismo de ETA, Gesto y Elkarri trasladaron a Gil-Robles la responsabilidad que tienen la clase política, el sistema educativo y los ciudadanos en general ante el problema vasco y los niveles de movilización, según el pacifista Pedro Luis Arias. Gesto hizo especial mención crítica a la política penitenciaria del Gobierno con los presos vascos. Mientras, los representantes de Elkarri, Jonan Fernández y Gorka Espiau, apuntaron su ya conocida defensa del diálogo para resolver el problema vasco y le pidieron que lo contemple desde una visión multilateral y no reduccionista y comprendiendo 'las razones que anidan en él'.

En esa onda, los dirigentes de IU, Javier Madrazo y Óscar Matute, transmitieron al comisario la exigencia de que ETA deje de asesinar y la necesidad del diálogo entre partidos, algo que oirá hoy en boca de Ibarretxe. Como aperitivo, el portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Jon Imaz, alabó su visita y pidió que no se instrumentalice. Gil-Robles quiere mantener también un contacto con los familiares de los presos de ETA, Senideak.

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