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Los pisos usados subieron seis millones de pesetas de media el año pasado en Euskadi

A pesar de que los operadores inmobiliarios aprecian un cierto enfriamiento respecto a la situación expansiva de hace tres años, el precio de los pisos continúa subiendo de una manera imparable. El último informe del Departamento de Vivienda sobre la oferta de vivienda en Euskadi contiene los datos de la evolución de los precios durante el cuarto trimestre de 2000, lo que ha permitido a los expertos del Gobierno cerrar todo el año y comparar el promedio de los precios recogidos durante los cuatro trimestres con los de los seis años anteriores.

El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, refleja la paradógica situación en la que se ha situado el mercado: a partir de 1997 una vivienda usada cuesta más que una nueva y es en el año 2000 cuando este tipo de pisos alcanza su cénit, situándose en los 33,2 millones de pesetas de media. El hecho de que se trate de casas bien situadas, próximas al centro de las capitales y grandes, es lo que ha revalorizado estas construciones frente a las nuevas, que, a menudo, no se ofertan más que en una zona concreta de las ciudades.

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En 1994, los pisos de segunda mano costaban una media de 18,5 millones en el País Vasco, lo que siginifica que en seis años han subido casi un 80%. Es en la provincia de Guipúzcoa donde más cuestan estas construcciones. Adquirir un piso antiguo en Guipúzcoa costaba el año pasado 43,5 millones frente a los 35,9 de 1999 (un 21,1% más). El estudio no desglosa por zonas dentro de la misma provincia, pero San Sebastián es la localidad con la vivienda de segunda mano más cara, no sólo de Euskadi sino del resto de España. Comparándolos con los precios de 1994, en la capital guipuzcoana han subido un 95%.

A continuación está Álava. El aumento en 2000 fue más ligero que en las otras dos provincias, situándose en un 6,3%. Para comprar una casa había que desembolsar una media de 35,4 millones de pesetas, dos más que en 1999. En relación a 1994, el incremento de la subida ha sido incluso superior al de Guipúzcoa, superando el 115%.

La carestía de las viviendas en esta provincia se debe exclusivamente a Vitoria, que concentra al 80% de la población y sufre un grave problema con los precios, lo que obligó, por ejemplo, a que el año pasado más de mil vitorianos adquiriesen una casa unifamiliar en alguno de los pueblos próximos a la capital alavesa porque les resultaba más barato. La futura expansión de la ciudad por las zonas de Salburua y Zabalgana podría aflojar la presión sobre la vivienda.

Vizcaya contabilizó el mayor aumento de precios en la vivienda usada en el año 2000, que fue de un 24,8% respecto a 1999 y un piso pasó de costar 22,5 millones a 28,1 de media. A pesar de la subida, aún mantiene los pisos bastante más baratos que las otras dos provincias.

También el alquiler

En cuanto a la vivienda nueva, en Guipúzcoa se produjo un aumento del 27,3% durante el año 2000, que traducido supuso más de seis millones (de 24,1 que costaban los pisos en el 99 a los 30,7 de 2000). Vizcaya se comportó de una forma más equilibrada y la subida apenas alcanzó el 5% (de 23,9 millones a 25) y en Álava, la subida fue del 11,5%, pasando de 21,7 millones en 1999 a los 24,2 de 2000. Por capitales, en el apartado de vivienda nueva fue Vitoria la capital que experimentó el mayor crecimiento (rozando el 20%).

Los alquileres también siguieron la tónica de crecimiento y aumentaron, aunque de una forma más moderada (un 5,1% global). La renta media se mantuvo alrededor de las 98.000 pesetas mensuales. Por capitales, San Sebastián, una vez más, encabeza las estadísticas rebasando las 100.000 pesetas, mientras que Vizcaya es laprovincia más barata para vivir en un piso arrendado.

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