Rusia y China reiteran su rechazo al proyecto estadounidense de instalar un escudo antimisiles

La contribución de Rusia a la paz y la estabilidad en Asia y el Pacífico 'no está a la altura de sus capacidades', dijo Tatsuo Arima, el representante especial del Gobierno japonés, según el cual no está claro cuál es el papel que Rusia quiere desempeñar en aquellas regiones.

Rusia no ha dado 'pasos concretos' para integrar Siberia en el dinamismo de la región de Asia y el Pacífico y su presencia en la zona ha sido muy limitada, manifestó Arima, según el cual Rusia tiene menos del 20% de su comercio exterior con los países que pertenecen a la zona de cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC). La infraestructura económica en Siberia y el Lejano Oriente ruso está poco desarrollada y su población allí es escasa y menguante, manifestó Arima. El Este de los Urales, donde está el 75% de la masa territorial rusa, es una zona que se ha quedado 'atrasada' y la cooperación internacional necesaria para desarrollarla depende del papel que Rusia desempeñe como garante de estabilidad, señaló el japonés.

Desde una perspectiva más diplomática, Mei Zhaorong, presidente del Instituto de Asuntos Exteriores de Pekin, manifestó que el volumen comercial entre China y Rusia 'es limitado', y está muy por debajo de la potencia económica de China. Rusia y China, en cambio, coinciden en su rechazo a cualquier modificación del tratado antimisiles balísticos de 1972 (ABM) y a la instalación de una Defensa Nacional de Misiles (NMD) por parte de EE UU.

Ivanov reiteró ayer la oposición de Moscú a la NMD, pero indicó también que Rusia comprende la necesidad de defenderse contra las nuevas amenazas y está dispuesta a mantener un diálogo sobre posibles sistemas de defensa de mayor complejidad que los actuales. La NMD socava 'la base de la estabilidad estratégica global', ya que privaría de su sentido al acuerdo ABM y ello, a su vez, crearía las condiciones para una nueva carrera de armamentos que se extendería al espacio exterior, señaló Ivanov. Desde el punto de vista ruso, no es necesario un sistema de defensa antimisiles global, sino 'usar las posibilidades de sistemas no estratégicos que permiten destruir los misiles en la fase inicial de vuelo', señaló, mencionando la posibilidad de utilizar misiles tácticos. El uso del territorio de Rusia es necesario para impedir ataques incontrolados, 'porque la mayoría de los países inestables que intentan obtener misiles se encuentran más cerca de Rusia', añadió.

El senador Joseph Lieberman, ex candidato demócrata a la vicepresidencia de EE UU, manifestó ayer que su país tenía un gran interés en los sistemas capaces de interceptar un lanzamiento en su fase inicial y agregó que 'tal vez esté ahí el comienzo de una cooperación'. El centro creado en Moscú por Estados Unidos y Rusia para estudiar ese tema está abierto a otros países, y en primer lugar 'a los países de la Unión Europea', dijo Ivanov.

El político ruso se mostró sensible a las preocupaciones de Washington y sus aliados europeos sobre la proliferación de armas nuclares y aseguró que Rusia 'está más interesada que cualquier otro país en que se cumpla el régimen de no proliferación, dado que debido a su posición geográfica, es más consciente de las amenazas'. 'Las reglas de juego', advirtió, 'deben ser claras e iguales para todos, por lo que EE UU no debe entregar misiles a Israel'.