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Unió da por terminado el ciclo de Pujol al frente de CiU y pide más poder en la coalición

La reunión que ambas formaciones politicas celebraron ayer en Barcelona duró poco más de una hora. Y al término democristianos y convergentes comparecieron ante la prensa. Tanto Xavier Trias, por CDC, como Núria de Gispert por Unió, avanzaron que están abiertos a todas las fórmulas, menos la fusión, para refundar la coalición CiU.

Las cosas no volverán a ser como antes, aseguran los dirigentes democristianos, principalmente porque Pujol se acerca a su ocaso político. La decisión del presidente de no presentarse a las autonómicas de 2003 y su clara apuesta por Mas -origen de esta crisis sin precedentes en CiU - han dado alas a los democristianos para poner sobre el tapete sus reivindicaciones. Y en esta negociación UDC no piensa dar su brazo a torcer, porque la militancia -aseguran- no aceptaría otra claudicación frente a los convergentes.

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Para Unió, la salida a esta negociación debe basarse en las conclusiones aprobadas en su congreso de diciembre. Los democristianos apuestan por una federación de partidos en la que Unió incremente de forma sustancial su cuota de poder, pero sobre todo en que ambas formaciones se traten de igual a igual. O lo que es lo mismo, creando una 'cultura de coalición' gracias a la cual las decisiones se tomen de forma consensuada -no unilateralmente- en unos órganos de dirección lo más paritarios posibles.

Protocolo municipal

Esta fórmula organizativa debe comprender todas las estructuras de poder: desde la cúpula a la misma base. Y es en este último punto donde los democristianos van a ser más inflexibles. Los dirigentes de Unió son conscientes de que las tormentas políticas que afectan a la cúpula de la coalición son insignificantes si se comparan con las batallas que libran los militantes a la hora de confeccionar las listas para las elecciones municipales. Por esta razón, Unió exigirá que el nuevo marco de relaciones incluya un apartado específico sobre este tema, lo más minucioso posible para que no se convierta en permanente fuente de conflictos. 'Nuestros militantes' señalan fuentes del partido de Josep Antoni Duran Lleida, 'nos exigen que solucionemos de una vez por todas este asunto, porque no podemos estar cada cuatro años con los mismos problemas'. Unió no se conformará con un 25% de representatividad en las listas y negociará otro sistema más 'equitativo' para elegir a los alcaldables. Para la dirección de Unió este apartado es el que entraña mayores dificultades en las negociaciones, porque afecta a las mismas bases de cada partido.

Si ambas partes son capaces de superar este escollo, los democristianos se muestran optimistas respecto al resultado de la negociación que debe concluir antes de finales de marzo. Pero tampoco echan las campanas al vuelo. Piden un poco de calma. 'Ahora', explica un dirigente de UDC, 'Unió y Convergència son como dos coches que circulan por el mismo carril en sentido contrario. Como no quitemos el pie del acelerador, nos la vamos a pegar'.

Los democristianos tampoco ven demasiados inconvenientes para aceptar una nueva fórmula de relaciones que sea estable en el futuro, tal y como exigen desde Convergència, pero descartan eso sí poner límites temporales al acuerdo. Ayer el mismo Trias dejó claro que CDC ha abandonado su exigencia de 'pacto irreversible', al afirmar que en 'política todo cambia'.

Si Unió y Convergència logran ponerse de acuerdo en cómo se articula la nueva coalición, las cuestiones de reparto de poder electoral no deben suponer demasiados quebraderos de cabeza. Los democristianos aceptan como punto de partida el documento anexo que firmaron con los convergentes a mitad del pasado mes de enero y que otorgaba a Unió el 33% de las candidaturas electorales; el número uno para las elecciones de Barcelona o al Congreso de Diputados, y reservar el cargo de conseller en cap en un hipotético gobierno de CiU tras el 2003. Pero nadie en la coalición quiere ataduras con viejas propuesta de pacto que fueron rechazadas en su día por la ejecutiva de UDC. De Gispert y Trias lo pusieron ayer de relieve: 'La negociación empieza de cero'. 'El nombre de la coalición no variará', bromeaba un dirigente de CDC.

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