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PSOE e IU exigen celebrar el debate de la nación para tratar las 'cositas' de Aznar

El portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, comenzó ayer la reunión de la Junta de Portavoces en la que se fijó el primer calendario del nuevo periodo de sesiones con una reclamación al Gobierno para que anticipe el debate de la nación, una costumbre parlamentaria que fijó Felipe González en 1983 para someterse una vez al año al exámen global de los mayores problemas del país. Izquierda Unida secundó la idea, porque, como apuntó más tarde su líder, Gaspar Llamazares, no puede encontrarse mejor manera para que Aznar se mida en este reinicio del curso político con la acumulación de problemas que le han surgido y que él mismo minusvaloró durante la reciente clausura del congreso de Nuevas Generaciones como las 'tres cositas'. Por si acaso, IU preguntará precisamente sobre esta materia a Aznar el miércoles que viene en la primera sesión de control y es más que probable que Caldera haga lo propio.

La primera reacción del PP a esa demanda de la oposición fue algo más que 'parca', como la tildó Caldera. El portavoz popular en la Cámara, Luis de Grandes, se limitó a señalar que existen precedentes de fechas de ese debate en todo tipo de meses y evitó pronunciarse sobre el particular aduciendo que es el Gobierno el que determinará el momento 'más idóneo'.

Esos debates se han celebrado en febrero, marzo, abril, mayo, junio, septiembre y octubre. Además, enero, julio y agosto son inhábiles. Desde que el PP llegó al Gobierno, en 1996, ha permitido tres de esos debates y todos en mayo o junio, lo que da un indicio de cuáles pueden ser ahora sus intenciones.

Lo que sí quiso hacer De Grandes fue valorar 'ya con perspectiva' el trabajo de la nueva oposición que lidera José Luis Rodríguez Zapatero, para desmontar su 'cambio tranquilo' y para despacharla como 'inmadura y no preparada para gobernar', así como incoherente, 'rampante, que no llega más allá de sus narices', insensata, 'sencilla, simplona y rastrera'.

Aznar, 'proclive al conflicto'

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Rodríguez Zapatero no tardó en replicar y apuntó directamente contra el presidente del Gobierno, José María Aznar, para atribuirle una actitud proclive 'al conflicto' ya sea 'con jueces, ganaderos, sindicatos, oposición'; y para denostar a su Ejecutivo por tener 'como horizonte el conflicto' cuando, a su juicio, España necesita 'acuerdo, respeto, diálogo y tolerancia'.

Si días atrás el secretario general del PSOE había centrado su crítica al Ejecutivo en función de la gestión, ayer la desvió hacia el terreno 'de las actitudes' y puso en duda la corrección de las convicciones del PP en general y del presidente del Gobierno en particular. 'El PP confunde la mayoría absoluta con su convicción de poder absoluto', dijo el líder del PSOE en su visita a la Feria Internacional de Turismo Fitur 2001.

El anuncio gubernamental de una próxima reforma de la justicia 'con o sin consenso' pone de manifiesto para Zapatero 'un peligroso trasfondo'. El Ejecutivo pretende reformar la justicia justo cuando ha tenido 'dos sentencias desfavorables a dos decisiones suyas', dijo en referencia al indulto al ex juez Javier Gómez de Liaño y a la sentencia de la Audiencia Nacional contra la congelación de los salarios de los funcionarios. '¿De qué justicia quiere hablar el PP, de aquélla en la que los jueces prevaricadores tengan que recuperar su condición de magistrado?'.

Pero el PSOE sí quería hablar de justicia antes de estos avatares. Incluso existía una previsión, fijada a finales de diciembre, para comenzar las conversaciones en estos próximos días entre equipos del PSOE y del Ministerio de Justicia.

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