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El debate abierto sobre el futuro de la UE agrava la crisis en el eje franco-alemán

Carlos Yárnoz

'Cuando el motor franco-alemán no gira a plenas revoluciones, Europa balbucea', ha comentado Moscovici. 'Necesitamos una discusión franca y amistosa para redefinir nuestra cooperación, para reactivarla', añadió sólo unas horas antes de que hoy por la noche se entrevisten cerca de Estrasburgo el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac, acompañados de sus ministros de Exteriores. El jefe de la diplomacia alemana, Joschka Fischer, calificó ayer de 'irremplazable' el eje Berlín-París.

'La cumbre de Niza fue el final del eje franco-alemán, pero la crisis parece ir en aumento', afirma un alto cargo de la Comisión en Bruselas. En estas semanas, las discrepancias se han concretado en dos aspectos fundamentales para el futuro de la UE: la conveniencia o no de redactar una Constitución común y la apuesta por una Europa federal. En Niza se acordó que, para el año 2004, la Unión definirá cuatro aspectos fundamentales: la delimitación de competencias entre la UE y los Estados; el alcance jurídico de la Carta de Derechos Fundamentales; la simplificación de los tratados, y la función de los parlamentos nacionales 'en la arquitectura europea'.

El debate ya se ha iniciado, porque de las cumbres europeas de junio en Goteburgo (Suecia) y de diciembre en Laeken (Bélgica) saldrán ya los primeros informes oficiales al respecto. El presidente de la Comisión, Romano Prodi, ya ha hecho un solemne llamamiento para hacer 'una revisión fundamental' del proyecto sobre el futuro de Europa y ha insistido en que ese futuro debe estar basado en una mayor fortaleza de las instituciones europeas frente a los Estados. El próximo día 5, el Ejecutivo comunitario mantendrá una reunión especial para debatir, entre otras cosas, esas líneas generales sobre el futuro de la UE.

Schröder, por su parte, ya ha dejado clara su apuesta por una Carta Magna europea, por 'una ley básica' común para todos los europeos, en línea con el discurso de su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, de mayo del año pasado en la Universidad de Humboldt. El canciller ha sido netamente apoyado por Prodi, para quien la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, aprobada el año pasado, debe ser 'la primera parte de ese proceso constitucional'. Pero a la vez, Schröder ha incidido en su idea de un proyecto federal para Europa, en su visión de unos 'Estados Unidos de Europa'.

Ambos planteamientos no sólo cuentan, como ya se sabía, con el frontal rechazo de los británicos o de los países nórdicos. En los últimos días, diversos dirigentes franceses han dejado claro también que París no está dispuesta a ceder buena parte de su soberanía nacional a favor de la UE. Así, Moscovici ha comentado que quizás sea conveniente abrir el debate sobre un proceso constitucional europeo, pero sólo en el marco de unos Estados-nación, es decir, en el seno de un proyecto de la 'Europa de los Estados', la fórmula que propugna Chirac y el primer ministro británico, Tony Blair, quien la noche del lunes se reunión con Schröder. 'Ni ustedes ni nosotros trabajamos para crear un super-Estado europeo que reemplace a nuestras naciones-Estado', señaló el año pasado Chirac ante el Bundestag.

El debate no ha hecho más que comenzar, pero, como coinciden en señalar distintos observadores en Bruselas, arranca con el precedente negativo de Niza. Allí, Berlín reclamó, y logró, más peso en la UE pese a la oposición de París, y la tensión entre países grandes y pequeños elevó la discusión a enfrentamientos personales.

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Crisis de liderazgo

La discusión se lanza, además, en plena crisis de liderazgo en la Unión, cuando ni el presidente del Ejecutivo europeo ni los distintos jefes de Estado o Gobierno aportan ideas originales sobre el futuro europeo, añaden las mismas fuentes. Los procesos electorales de Francia y Alemania del año próximo tampoco favorecerán el debate. No sólo eso. Como apuntan diversos altos cargos comunitarios, será difícil encauzar las discusiones en un momento en el que la UE se ve desbordada por problemas como el de las vacas locas, ya que buena parte de los Quince han defendido sus intereses nacionales.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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