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Los inmigrantes piden la regularización de todos los encerrados en siete iglesias de Barcelona

Miquel Noguer

Durante la asamblea que ayer celebraron los 600 encerrados, los inmigrantes decidieron pedir al Gobierno que legalice a todos aquellos que solicitaron personalmente su permiso de residencia en las oficinas habilitadas por la Delegación del Gobierno. Con ello, los inmigrantes que finalmente obtendrían la regularización serían unos 20.000, según cálculos de los huelguistas. El proceso de regularización extraordinario que acabó en julio del año pasado se saldó con la denegación de 35.000 de los 51.000 expedientes presentados. Barcelona fue una de las provincias donde el proceso se saldó con un mayor porcentaje de denegaciones.

Si el Gobierno aceptara la petición realizada por los inmigrantes, unas 14.000 personas seguirían sin obtener el permiso de trabajo y residencia. Estos inmigrantes fueron los que entregaron la solicitud a través de terceras personas o por correo al no encontrarse en España en el momento de realizar su petición.

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Propuesta del Gobierno

En cambio, la Delegación del Gobierno en Cataluña defiende que sólo podrá conceder el permiso de residencia a unos 12.000 inmigrantes a quienes les fue denegada su solicitud en Barcelona, porque a pesar de haber realizado una solicitud de residencia previa al 31 de marzo de 2000, no pudieron acreditar documentalmente su presencia en España antes del 1 de junio de 1999.

Además de estos 12.000, la Delegación del Gobierno pedirá al Ejecutivo que se acepten otras 3.000 solicitudes denegadas porque los interesados acreditaron su presencia en España antes de junio de 1999 pero no presentaron la solicitud de residencia previa a marzo de 2000. En total, una medida que afectaría a unas 15.000 personas.

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Los promotores de la huelga de hambre, agrupados bajo la plataforma Papeles Para Todos, cifraron ayer en 'casi 600' el número de inmigrantes que secundan la huelga. Aparte de la iglesia del Pi, donde se inició la protesta, los inmigrantes han conseguido ampliar su acción a la iglesia de Sant Agustí, Sant Medir, El Carme, Sant Pere Claver, Sant Pere Apòstol y el Sagrat Cor.El documento aprobado ayer por los inmigrantes en huelga de hambre también exige a la Delegación del Gobierno que conceda documentos a todos los encerrados en las iglesias, un total de 700 entre huelguistas y acompañantes. Asimismo, en el documento se afirma: ' será responsabilidad absoluta de quien se niegue a aceptar nuestras justas reivindicaciones'. Con ello, los inmigrantes respondieron a las declaraciones efectuadas el sábado por el subdelegado del Gobierno para la Inmigración, David Bonet, quien responsabilizó al Ayuntamiento de Barcelona y a la Generalitat del estado de salud de los encerrados.

Junto a los huelguistas, un nutrido grupo de familiares y amigos de los encerrados permanecen en el interior de las iglesias para demostrarles su apoyo. Otros muchos se agolpan en las puertas de los templos. Los organizadores han decidido restringir las visitas para evitar aglomeraciones en las salas donde se realiza la huelga de hambre.

Salud deteriorada

Mientras tanto, el estado de salud de los inmigrantes encerrados ya es 'más que preocupante', según los voluntarios de la Cruz Roja que les atienden. Ayer, octavo día de huelga, tuvo que ser hospitalizado uno de los encerrados en la iglesia del Pi, que presentaba evidentes síntomas de desnutrición y deshidratación. Ante la gravedad de la situación, los médicos han decidido comenzar a suministrar suero con glucosa a los más debilitados. Esta sustancia permite complementar la dieta de los huelguistas, compuesta exclusivamente por agua con azúcar y limón.

Boussatar, uno de los marroquíes encerrados en la iglesia de Sant Agustí, aseguró que en los ocho días de huelga ya ha perdido siete kilos. 'Pero lo peor no es esto, sino la sensación de que estoy a punto de caerme'. Sin embargo, mantenía firme su postura: 'Aguantaré hasta el final. Ahora no podemos dar marcha atrás'. Boussatar, que comparte una pequeña sala del templo de Sant Agustí con otros seis inmigrantes marroquíes, dedica gran parte del día a escribir lo que califica como sus 'memorias'. ¿Y qué hay en este cuadernillo? 'Pues secretos míos, los problemas que tuve en la patera y todo lo que me pasa por la cabeza'.

Ayer domingo, el número de curiosos concentrados ante la iglesia del Pi fue ligeramente superior al de días anteriores, puesto que a mediodía se extendió el rumor de que los inmigrantes abandonarían la protesta durante la tarde. Además, cientos de feligreses que asistieron a los oficios dominicales de Santa Maria del Pi aprovecharon para solidarizarse con los huelguistas. Muchos de ellos dieron su firma en apoyo de los concentrados y aportaron más material para los huelguistas. A última hora de la tarde continuaban llegando personas cargadas con mantas, ropa de abrigo y garrafas de agua.

En el exterior de la iglesia hay un cartel en el que se recuerda que muchos de los huelguistas se encuentran en otras parroquias y se pide que la ayuda se reparta por todos los centros.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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