Los inversores vuelven a confiar en Argentina
Frente al apoyo financiero internacional, los consumidores nacionales recelan de las medidas reactivadoras del Gobierno
Argentina recuperó la confianza de los inversores financieros. La pregunta radica en cuándo volverá a ganarse la de los consumidores. Su ministro de Economía, José Luis Machinea, así lo comprobó en su primera gira internacional después de que este país latinoamericano haya recibido un auxilio financiero por 39.700 millones de dólares, que evitó la suspensión de pagos de una deuda externa de 126.000 millones.
También lo certificó el martes último, cuando su Gobierno colocó en el mercado local letras del Tesoro (letes) por 350 millones de dólares a un plazo de 91 días con una tasa del 6,75% anual, la más baja desde mayo de 1999. En diciembre, cuando Argentina negociaba el paquete con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se había abonado el 13%.
'Yo recomiendo comprar bonos argentinos', dijo el director de mercados de deuda de países emergentes en el banco de inversión Merrill Lynch, José del Azar, que asistió a un desayuno de Machinea ante 110 inversores institucionales en el Whitehall Suite londinense. El 23% del índice del banco de inversión JP Morgan sobre deuda de emergentes está integrado por los títulos de Argentina. Quienes siguen este promedio obtienen ganancias conservadoras, pero los gestores de carteras siempre intentan sobrepasarlo. Cuando en noviembre la tercera economía latinoamericana estuvo al borde del colapso financiero, por la recesión que le impedía recaudar los suficientes recursos para afrontar sus obligaciones, los especuladores rebajaron al 10% la participación de este país en sus carteras. El llamado blindaje, del que España aportó 1.000 millones de dólares, y la reducción de tipos de interés en el desacelerado EE UU, que abarata en 400 millones los intereses de la deuda externa argentina, empujaron a la mayoría de los inversores a elevar aquel porcentaje a más del 23%.
En Argentina, en cambio, aún se desconoce cuándo la economía se reactivará, aunque su presupuesto prevé un moderado crecimiento del 2,5% para este año. Los analistas foráneos coinciden en que las menores tasas de interés de EE UU reducirán el costo del crédito local, que ronda el 24% para préstamos personales. El Ejecutivo presionará a los bancos para ello. Además, la bajada de tipos norteamericanos fortalece al euro frente al dólar, moneda a la que está atada el peso argentino desde 1991. Banqueros franceses, españoles, británicos y norteamericanos coincidieron en preguntarle por los primeros signos de la reanimación interna. Argentina, con un tercio de la población en la pobreza y una tasa de paro que ronda el 15% desde hace seis años, ha sido testigo últimamente de un mayor índice de criminalidad, protestas sociales de parados y empleados públicos y la emigración de algunos miles de ciudadanos de clase media.
El miércoles último, el Gobierno difundió la estadística de ventas de supermercados en diciembre: la facturación creció el 2,5% interanual, con lo que el año 2000 cerró con una caída del 0,5%. El ministro de Economía se mantiene cauto, pero repite que sus conciudadanos volverán a confiar bajo su promesa de que este año 'no habrá sorpresas'. De este modo se refería al incremento del impuestos a las ganancias y al recorte de las nóminas de los trabajadores estatales, medidas adoptadas en el primer año de Gobierno del radical (centrista) Fernando de la Rúa para combatir un déficit fiscal del 5% del PBI en 1999. El FMI calculó que los números rojos bajarán este año al 3,2%. Machinea admitió el fin de semana pasado, en su suite del hotel neoyorquino Waldorf Astoria, que esa cifra podría elevarse al 3,3% o 3,4% por el descenso del precio del crudo, una de las principales exportaciones argentinas.
El titular del Palacio de Hacienda aparecía hasta hace un mes muy cuestionado en su cargo. Los mercados pedían a Domingo Cavallo, el ministro de Economía del peronista Carlos Menem, que en 1991 dio muerte al alza descontrolada de precios. El blindaje cambió los ánimos. Banqueros norteamericanos se retiraron de una entrevista con Machinea en un rascacielos de Nueva York manifestando que había sido la mejor reunión que jamás habían mantenido con él.
Machinea les prometió crecimiento basado en reformas estructurales, solvencia fiscal, obras públicas y un mejor contexto internacional. En cuanto a lo primero, se refiere a la disminución gradual de impuestos a la inversión, una mayor flexibilización laboral y la desregulación de los sectores de telecomunicaciones y salud. Los inversores financieros europeos y norteamericanos le sugirieron que continuara con las liberalizaciones y mejorara la seguridad jurídica. El ministro planea desregular aún más los mercados de electricidad y gas, transporte de pasajeros terrestre y aéreo, postal y bursátil.
El Gobierno intentará controlar las cuentas públicas mediante la congelación del gasto de las provincias por cinco años y el recorte de las futuras jubilaciones medias y altas. El Gobierno tambien está terminando de delinear ajustes en la Administración Nacional de Seguridad Social, la Administración Federal de Ingresos Públicos (agencia tributaria) y el servicio médico para pensionados PAMI. 'Sin despidos masivos', aclaró el secretario general de la Presidencia, Horacio Jaunarena, con la pretensión de aplacar los temores en una abatida población después de 30 meses de recesión.
El Gobierno prevé que la inversión en infraestructura aumente en 2.700 millones en 2001: unos 1.500 millones provendrán de un plan de empresas privadas que percibirán un canon del Estado para construir viviendas, obras viales e hidrológicas; otros tantos de los concesionarios de carreteras (Dragados, Acesa), ferrocarriles y servicios de aguas (Aguas de Barcelona), y 200 millones más del presupuesto. Con este impulso público, De la Rúa procurará contrarrestar la caída del 12,9% que sufrió la construcción el año pasado. Machinea confía en que este sector y los servicios irán a la vanguardia de la creación de empleo. La tasa de paro ronda el 15%, pero el ministro de Economía prometió reducirla a un dígito en diciembre de 2003, cuando finalicen los cuatro años de Gobierno de De la Rúa.
La otra gran preocupación que los hombres de finanzas le acercaron a Machinea durante su periplo por París, Madrid, Londres y Nueva York radica en las diferencias políticas en la oficialista Alianza entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el centroizquierdista Frente del País Solidario (Frepaso). Carlos Chacho Álvarez, líder del Frepaso, renunció en octubre pasado a la vicepresidencia por la supuestamente tibia actitud de De la Rúa frente a un escándalo de sobornos en el Senado. La noticia elevó a casi 1.000 puntos básicos la diferencia entre la tasa de los bonos norteamericanos y la de los argentinos, brecha que mide el riesgo del país. En la actualidad, esa distancia se redujo a menos de 700 puntos.
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