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Columna
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Ofrecimiento a Castellano

Entra en vigor la Ley de Extranjería y Eduardo Zaplana sorprende a los inmigrantes con la retirada de la Guía de Salud, ese polémico librito con el que Serafín Castellano se ha aupado a la actualidad durante las últimas semanas. No estoy convencido de que fuera éste, precisamente, el regalo que esperaban las miles de personas a las que el Partido Popular ha colocado en situación irregular, pero no dejaré por ello de dar la bienvenida a esta decisión de nuestro presidente.

Tal y como se ha editado, la Guía de Salud para Inmigrantes es una publicación de escasa utilidad y tremendamente ofensiva. Quienes han tenido la ocasión de ojear el folleto, consideran que sus advertencias resultan paradójicas y humillantes. Para los inmigrantes, la guía refleja un desconocimiento total de sus costumbres y de las condiciones en que muchos de ellos se ven obligados a vivir. Sin embargo, estas apreciaciones no eran hasta ahora compartidas por Serafín Castellano quien, no hace muchos días, manifestaba que la guía estaba llena de informaciones prácticas que la hacían valiosa. Ha bastado la intervención de Eduardo Zaplana para que el consejero varíe su opinión y anuncie que se dispone a 'reorientar' el contenido de la publicación.

Si Castellano quiere corregir eficazmente los errores de la guía, yo me atrevo a sugerirle que acepte el ofrecimiento de Leonesa Leal, una africana de 38 años, natural de Santo Tomé y emigrante en nuestro país, donde estudia la carrera de Medicina. Leonesa, que ha fregado muchos pisos para pagarse sus estudios, se ofreció el otro día para dar unas clases de salud pública a nuestro consejero de Sanidad. Le animaba la confianza de que Castellano aplicaría después estas enseñanzas en sus recomendaciones a los emigrantes. Si aceptara la oferta de Leonesa, Castellano demostraría ser un político moderno, de ideas claras y exento de prejuicios. Pero, sobre todo, tendría la oportunidad de conocer de cerca a los emigrantes y adquirir, de primera mano, algunas nociones sobre un asunto del que, por lo visto hasta ahora, parece ignorarlo prácticamente todo.

Tras la orden de Zaplana para que se retire el libro, Serafín Castellano repite a todo el que quiera escucharle que la Guía de Salud para Inmigrantes 'está hecha con la mejor de las intenciones, sin voluntad de lesionar la sensibilidad de nadie'. No dudo de las intenciones de Castellano a la hora de publicar la guía. Pero me temo que tras ellas -y esto quizá le sorprenda a él mismo- se esconde una actitud racista. Es una actitud en la que por desgracia y a menudo caemos muchos de nosotros sin advertirlo. Si la publicación ha indignado y ofendido a tantas personas es porque está escrita desde el convencimiento de que los emigrantes son inferiores a nosotros. Los periódicos han publicado con profusión el contenido de la guía para que repitamos ahora algunas de sus recomendaciones. Baste decir que la mayoría de ellas están formuladas desde el desconocimiento, la ignorancia y la autosuficiencia. La única forma efectiva de corregir todo esto es acercarnos al otro y conocerlo. Sólo así nos quitaremos el miedo y los prejuicios.

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