Una chica en el 'circo'
Katja Poensgen, de 24 años, correrá el Mundial de motociclismo de 250cc
La mujer de moda en Alemania se llama Jutta Kleinschmidt, reciente vencedora del Rally París-Dakar. Pero la fiebre que se ha despertado a su alrededor estos días no es nada comparada con lo que se avecina. Apunten este nombre: Katja Poensgen. Es rubia, con ojos verdes, y tiene 24 años y aspecto de modelo. Pero lo suyo son las motos. Este año se apresta a revolucionar el Campeonato del Mundo, en el que correrá con una Aprilia en la categoría de los 250cc.
De momento, y todavía no ha debutado, ya se ha dado un atracón de entrevistas y reportajes. Una mujer en los grandes premios no deja de ser un bicho raro; además, es guapa y elegante. Por eso no ha dejado de ser el centro de atracción desde que se anunció su participación en el Mundial, que empieza en Suzuka (Japón) el próximo 8 de abril.
A partir de ese día, los fotógrafos, en las parrillas, dejarán de concentrarse en las chicas de las sombrillas para volver sus cámaras hacia la muchacha con coleta que estará subida en la moto número 98. Nacida en Mindelheim, su padre fue piloto de motocross y de enduro y ella mamó las carreras desde niña. A los 14 tuvo su primera moto de competición, una Suzuki de 125cc, y desde entonces ha ido quemando etapas por las categorías inferiores, logrando resultados prometedores hasta poder encaramarse al Mundial. Llega a la élite con la intención de ser algo más que una cara bonita.
Su caso, aunque extraño, no es nuevo. Existen bastantes precedentes de mujeres que han corrido en el Mundial de motos, aunque ninguna ha obtenido nunca éxitos brillantes. Lo más notable lo hizo la finlandesa Taru Rinne, que participó en 125cc en 1989 y llegó a encabezar el Gran Premio de Alemania, aunque terminó séptima. Esa misma posición fue el mejor resultado de la última mujer piloto que ha pasado por el Campeonato del Mundo, la japonesa Tomoko Igata, que compitió en 1995.
Ahora Katja Poensgen afronta un reto todavía más difícil al encuadrarse en una categoría superior, la de los 250cc, en la que se medirá, entre otros, al español Emilio Alzamora. 'No me asusta lo que voy a hacer. Estoy absolutamente preparada', dice la joven piloto alemana, que ha conseguido que las televisiones de su país recobren el interés por el Mundial.
Que no le teme a lo que le espera, a enfrentarse a otros 28 pilotos hambrientos de gloria y victorias, lo argumenta Poensgen con su currículo. A los 17 años se convirtió en la primera mujer en ganar la Junior Cup alemana; un año más tarde corrió el campeonato nacional de 125cc y, con 19 años, el Europeo de Supersport. En esa competición, con una máquina de más de 150 kilos, capaz de alcanzar los 300 kilómetros por hora, consiguió un podio. Y en 1998 rompió otra barrera al ser la primera mujer que ganó un título internacional, la Supermono Cup de Brands Hatch.
También ha conocido la cara amarga de las dos ruedas al haber sufrido en su trayectoria más de 100 caídas.
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