Artur Mas prescinde del 'sanedrín' de notables de Convergència Democràtica
Los pronósticos van camino de cumplirse y la crisis desatada en Convergència i Unió (CiU) por la decisión unilateral del presidente de la Generalitat y de CDC, Jordi Pujol, de designar a Mas conseller en cap se está convirtiendo en la más grave que ha sufrido la coalición catalana. Ayer, hubo nuevos amagos de ruptura. Los diputados democristianos en el Congreso redactaron una carta para ponerse a disposición de la dirección, mientras que los representantes en el Parlamento catalán se mantenían reunidos a última hora de la tarde de ayer con la intención de manifestarse en la misma dirección.
Los parlamentarios de Unió Democràtica (UDC) se alinean de esta manera con los barones territoriales del partido, quienes están dispuestos a llevar la creación de grupo propio hasta las últimas consecuencias. Los barones defenderán su posición en la reunión que el comité de gobierno -ejecutiva de UDC- celebrará mañana. En la Cámara legislativa catalana, Unió posee 14 parlamentarios, además de ocupar también la presidencia, lo cual le permitiría formar un grupo parlamentario desgajado de CDC. En cambio, en el Congreso los democristianos sólo ocupan cuatro escaños, lo cual les obligaría a pasar al Grupo Mixto.
Baile de ofertas
A pesar de toda la marejada política, desde el lado de los socios mayoritarios, Convergència, no se cree que la sangre llegue al río. 'Con un departamento más para Unió, la crisis puede zanjarse de momento', aseguró ayer un alto dirigente de CDC.
Todo ello ha originado un baile de ofertas y contraofertas para que UDC tenga cuatro departamentos en lugar de los tres -Gobernación, Justicia y Trabajo- que preside ahora. Si hace unos días se especulaba con que los democristianos obtendrían el Departamento de Sanidad, ayer ya se hablaba del de Cultura, una cartera que UDC rechaza. Los encajes del nuevo Gobierno están, en definitiva, pendientes de los acuerdos a los que lleguen Pujol y Duran Lleida, quien se halla de visita oficial en México y no regresará hasta mañana.
De momento, Núria de Gispert -consejera de Justicia y secretaria general de UDC- y Xavier Trias -dirigente de CDC y presidente del grupo de CiU en el Congreso- se reunieron ayer para mantener un primer contacto. Hoy, continuarán las reuniones, pero no se prevé que tomen ninguna decisión hasta que Duran regrese de su visita a México.
No obstante, en caso de que se alcanzara un acuerdo, éste debería llegar antes del próximo viernes, pues Pujol está decidido a confirmar sus nombramientos esta misma semana para que los nuevos consejeros puedan participar en la reunión del Gobierno del próximo martes. Pero, sobre todo, Pujol y Duran quieren cerrar la crisis para no presentarse ante los consejos nacionales -máximos órganos de decisión entre congresos- que ambos partidos celebrarán este fin de semana con la herida de la crisis abierta y sangrando. Las bases son más radicales que la dirección y alguien podría defender soluciones más radicales y drásticas.
Los democristianos catalanes pretenden que las negociaciones con sus socios convergentes no sólo engloben un nuevo reparto de poder en el Gobierno, sino que se empiece a replantear el nuevo marco de relaciones de la coalición nacionalista, y Unió no va a transigir en esta materia. Un dirigente del partido democristiano resumía la situación así: 'Son muchos años de paciencia, y toda situación tiene un límite. Basta ya. Las decisiones en una coalición se toman entre los dos partidos, no unilateralmente como ha hecho CDC'.
Si la crisis se cierra sin acuerdo, Duran Lleida podría abandonar el Gobierno catalán, un hecho que se da como más que probable en Convergència y que también defienden algunos barones territoriales democristianos. No obstante, Duran Lleida reiteró ayer que la voluntad del partido que preside no es llegar a la ruptura de la coalición nacionalista.
También ayer, en declaraciones a la emisora Catalunya Ràdio, el consejero de Economía apostó por firmar un nuevo acuerdo con Unió Democràtica de carácter casi irreversible, un extremo que los democristianos rechazan de plano. Mas dijo que lo ideal sería 'soldar' la coalición para 'unirla de forma muy definitiva y que sea muy difícil que haya marcha atrás de cara al futuro'.
De momento, y a la espera de las reuniones bilaterales entre los líderes de CDC y UDC, parecen cumplirse los pronósticos iniciales. Jordi Vilajoana, de acuerdo con esta versión, pasaría a ocupar la delegación del Gobierno de la Generalitat en Madrid, en un letargo de dos años para preparar su candidatura a la alcaldía de Barcelona, la perla de la corona que más se le resiste a CiU. El actual delegado en Madrid, Josep Gomis, se hará cargo a partir del próximo mes de abril del Consorcio Petroquímico de Tarragona. Por su parte, Joaquim Triadú, actual consejero de Presidencia, sería el nuevo titular de Cultura. Las funciones de este departamento, así como las que decida delegar Pujol, serán asumidas por Mas en ese nuevo cargo de conseller en cap. Toda esta operación tiene como objetivo catapultar al actual titular de Economía y portavoz gubernamental con el objetivo de convertirlo en sucesor de Pujol y que pueda competir con Pasqual Maragall desde una posición política de ser un primus inter pares en el Gobierno catalán.
Para reforzar su papel también en el partido del que es secretario general, Mas ha decidido finalmente prescindir del secretariado permanente de CDC, el sanedrín de notables compuesto por media docena de personas. El secretariado reunía las distintas sensibilidades de Convergència y en él se daban cita Xavier Trias, Macià Alavedra, Felip Puig, Pere Esteve, Artur Mas, Joaquim Molins y el propio Pujol. Mas hará pública su decisión en el consejo nacional que CDC celebrará el domingo.
Fuentes del partido nacionalista comentaron que esta decisión es la más acertada para que Mas aparezca ante la militancia como el nuevo líder de CDC y el depositario de las riendas del partido. Es decir, no dar una imagen de mimetismo respecto a Jordi Pujol, sino la de un líder capaz de tomar decisiones propias.
Mas quiere también reestructurar la organización interna de CDC para adecuarla al organigrama del Gobierno catalán, denominado CAT 21. Pretende dividir las parcelas de poder en seis grandes áreas, al frente de las cuales situará a un hombre de su confianza.
La culpa, de los soberanistas
'La irrupción de los prepotentes, ansiosos de poder e irresponsables pone en peligro el futuro de la coalición'. Así se expresó ayer el presidente de UDC de Girona, Antoni Guinó, para referirse a los soberanistas de CDC. La culpa de esta crisis 'es de los jóvenes de CDC, los llamados soberanistas', arremetió el responsable democristiano. Guinó criticó el anuncio de nombrar a Mas conseller en cap y restó crédito a la figura de Jordi Pujol asegurando que ya no manda en el partido. 'Cuando Pujol mandaba, sabía mantener las relaciones, y la situación se iba trampeando, pero con terceras personas la situación es distinta'. Según Guinó, las relaciones entre los dos partidos de la coalición son 'inexistentes' en Girona y están destinados a separarse. 'Es el final lógico', añadió.
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