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Los trabajadores piden a la Junta que presione a Campofrío

Ginés Donaire

Los miembros de los comités de empresa de la filial andaluza de Campofrío, Campocarne Andalucía, exigieron ayer a la Junta de Andalucía que presione al grupo cárnico para que cumpla sus compromisos y no provoque el progresivo desmantelamiento de la actividad productiva en su planta de Jaén. El anuncio de Campofrío de que no invertirá los 4.000 millones de pesetas previstos en una fábrica de elaborados en Jaén ha puesto en pie de guerra a los sindicatos, que ayer subrayaron que no permitirán ningún ajuste de plantilla.

'El anuncio realizado por Manuel Chaves [presidente de la Junta] de que no habría bajas traumáticas parece que fue un canto de sirena', declaró ayer en rueda de prensa Damián Jiménez, presidente de uno de los dos comités de empresa de Campocarne y secretario de la Federación de Alimentación de CC OO.

Jiménez considera imprescindible que la Junta presione a Campofrío para que cumpla con los compromisos pactados cuando negoció con la Administración andaluza -que se hizo cargo de la vieja industria cárnica Molina por su estado de crisis económica- el trasvase de los activos de la mayor parte de la plantilla.

Subvenciones

Jiménez acusa a la Junta de no haber tramitado aún la póliza de algunos de los trabajadores prejubilados y de no haber dado las subvenciones prometidas a los trabajadores que causaron baja en la antigua Molina para participar en un programa de fomento del autoempleo.

En parecidos términos se pronunció Luis García de los Reyes, del sindicato UGT, quien alertó de la intención de Campofrío de 'camuflar' sus verdaderas intenciones al plantear una regulación de empleo que podría afectar a más de medio centenar de trabajadores, sobre una plantilla actual de 300. Según García, la empresa encubre la regulación con el argumento de que necesita tiempo para construir una planta nueva de semielaborados para el actual complejo industrial de Jaén.

'No vamos a aceptar ningún incumplimiento', enfatizó el dirigente ugetista, quien destacó los 'sacrificios' realizados por los trabajadores y el 'fuerte ritmo de trabajo' que la dirección de Campocarne impone en la fábrica.

Por si fuera poco, los representantes de la plantilla denunciaron que sus salarios son de 50.000 pesetas al mes por debajo de lo que ganan, por ejemplo, los empleados de Campofrío en la planta de Burgos.

La plantilla de Campocarne se ha reducido en más de 170 trabajadores desde que Campofrío compró a la Junta los activos de la antigua Molina.

Los trabajadores temen que el objetivo de la multinacional cárnica sea la extinción de la marca Molina, que todavía se comercializa.

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