El AVE Madrid-Valencia pasará por Cuenca y conectará con Alicante a través de Albacete
El presidente valenciano, Eduardo Zaplana, se oponía a que el documento del pacto recogiera esa salvedad exigida por Bono a cambio de su apoyo al trazado del tren de alta velocidad (300 kilómetros por hora) entre Madrid y Valencia por Cuenca y Motilla del Palancar, desde donde saldrá un ramal a Albacete para conectar con Alicante y Murcia.
El punto de la discordia dice literalmente: 'El ministro ha comprometido la construcción completa del corredor del Levante, la puesta en marcha inmediata de los trámites administrativos y de ejecución de los tramos Albacete-Cuenca, Cuenca-Madrid y Motilla-Valencia (por este orden). En atención a la situación estratégica de la ciudad de Albacete, como nudo de comunicaciones ferroviarias, ninguno de los tramos entrará en servicio antes que los que afecten a esta ciudad'. El éxito de Bono al conseguir que los demás firmantes del documento -todos populares- incluyeran este punto encierra una gran trascendencia, aunque se rechaza tanto la solución integral de Bono, la que iba por Cuenca y Albacete a Valencia, como las que proponía Zaplana.
Financiación europea
La mayor parte de los nuevos corredores ferroviarios de alta velocidad entre el centro de la Península y el litoral centro y sur mediterráneo, que Cascos valoró en 938.000 millones de pesetas, se financiará con fondos de cohesión de la Unión Europea. Dado que estos fondos dejarán de llegar a España en el momento en que se incorporen a la UE los países del Este, la única garantía de que las obras se hagan es que estén señaladas como prioritarias en el calendario del Ministerio de Fomento. Aquéllas que ocupen un segundo lugar en la programación presupuestaria dependerán de las disponibilidades económicas del Estado.
Además en el documento firmado se especifica que la salida desde Madrid 'se efectuará de tal modo que se pueda prestar servicio AVE a la ciudad de Toledo'. No concreta más pero fue suficiente para que Bono expresase su satisfacción por el hecho de que las cinco capitales de su comunidad vayan a disponer de conexión por AVE. Sus otros tres homólogos, Zaplana, el presidente de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y el de Murcia Ramón Valcárcel, también se felicitaron por un acuerdo que consideraron histórico porque desbloquea el único trazado pendiente de determinar en alta velocidad. Y es importante, efectivamente, porque de no haberlo alcanzado todas las comunidades autónomas afectadas corrían el riesgo de perder la financiación europea. Pero a quien le habrá dejado un regusto amargo es a Eduardo Zaplana, quien a cambio de sacarlo adelante ha tenido que plegarse a las exigencias de Bono de que las obras prioritarias sean las que salgan de Albacete y no del corredor Madrid-Valencia, en un recorrido que invertirá hora y media, y no de la hora y diez minutos que reclamaba inicialmente.
A quien compromete el acuerdo es al ministro y al Estado, ya que no sólo la integridad de su financiación correrá por cuenta de los Presupuestos Generales, ya que las autonomías no pondrán ni una sola peseta. Cascos no descartó que en las obras de esta línea se recurra a la financiación privada, pero en ningún caso bajo la modalidad de concesión de infraestructura como en las autopistas de peaje.
La localización de las futuras estaciones del AVE en Toledo, Cuenca, Albacete, Elche, Castellón (ya dispone de una recién estrenada), Valencia, Murcia y Cartagena se fijarán de común acuerdo entre el ministerio, las comunidades autónomas y los respectivos ayuntamientos.
La única fecha de finalización de obras comprometida en el pacto de Murcia es el año 2005, cuando deberá entrar en servicio el corredor Albacete-Murcia. Cascos no quiso dar ninguna otra. El plan de infraestructuras elaborado por su departamento para el periodo 2000-2006 prevé inversiones por 19 billones de pesetas, un volumen de dinero que difícilmente puede asumir España, ni siquiera con ayudas europeas. De manera que las obras que se hagan serán sólo las consideradas prioritarias.
El ministro recordó que con la trasposición de una Directiva europea sobre los parámetros de alta velocidad el pasado verano, ese término -alta velocidad- se aplica a todos aquellos corredores donde se puede circular a partir de 220 kilómetros por hora. Serán alta velocidad los trazados Albacete-Valencia, por La Encina, y Albacete-Alicante o Albacete- Murcia, por La Encina, también, así como todos aquéllos donde se modernicen sus trazados antiguos. Todos los tramos que se construyan completamente nuevos se diseñarán para recorridos de 300 kilómetros por hora, como Madrid-Barcelona.
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